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¿Por qué elegir el Método Montessori para educar a tus hijos?

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Elegir el Método Montessori: ¿qué conlleva? | ViveMásVidas

Hoy en día, la educación de los hijos se ha convertido en algo prioritario, y para poder asegurarles un futuro en un mercado laboral cada vez más competitivo se necesita tiempo. Existen una gran variedad de métodos y técnicas, algunos más tradicionales y otros más innovadores, entre los que destaca el modelo más revolucionario de este siglo: el Método Montessori.

Hoy en día, la educación de los hijos se ha convertido en algo prioritario, y para poder asegurarles un futuro en un mercado laboral cada vez más competitivo se necesita tiempo. Existen una gran variedad de métodos y técnicas, algunos más tradicionales y otros más innovadores, entre los que destaca el modelo más revolucionario de este siglo: el Método Montessori.

Se aplica en todas las etapas educativas y ha demostrado ser todo un éxito. A pesar de ser tan famoso y estar presente en la gran mayoría de centros educativos, pocos conocen el concepto en profundidad. A su vez, también puede aplicarse en casa. A continuación, explicamos en qué consiste y las características más importantes de este método.

¿En qué consiste el Método Montessori?

El Método Montessori es un método educativo que enseña al niño desde la independencia, la observación y la preparación del ambiente. De esta forma, el alumno se forma a través de tareas libres con materiales didácticos que son supervisadas por un adulto. Su principal finalidad es lograr un mayor rendimiento en el niño y desarrollar su potencial. Además, enseña en la autonomía, la confianza, el pensamiento crítico, el orden y la organización. Este método fue ideado por la pedagoga María Montessori, nacida en Italia en 1870. Fue, además de experta en educación, psicóloga, médica y matemática. Realizó investigaciones y aplicó su método en un gran número de países de todo el mundo.

Es importante tener en cuenta varios factores que son fundamentales en este modelo de enseñanza y que ayudan a diferenciarlo de otros métodos y evitar así confusiones.

  • Ambiente adaptado y accesible: Se requiere que haya en el aula mobiliario adaptado y al alcance de sus necesidades para poder llevar a cabo las actividades propuestas. Es fundamental para lograr que utilice los materiales por sí solo y logre así la independencia y autonomía que son tan características de este modelo.
  • Orden y rutinas: El cerebro funciona mejor si se trabaja con entornos ordenados y con rutinas. De esta manera, se consigue un desarrollo más fluido de las actividades y se evitan distracciones y malos comportamientos.
  • Limpieza y buena decoración: Si se inculca la costumbre de limpiar y cuidar de los materiales y el mobiliario, los niños siempre tratarán de conservar las cosas en buen estado y dejarlas siempre como estaban. Así, crecerán con una mayor disciplina y conciencia sobre el entorno que les rodea.
  • Movilidad y tranquilidad: Otras características como el orden y la accesibilidad de los materiales y mobiliario facilitan el movimiento por el aula y, a su vez, el desarrollo de las actividades. Además, un ambiente tranquilo siempre propicia una mayor concentración y unos mejores resultados.
Enseñanza con el Método Montessori | ViveMásVidas
  • En contacto con la naturaleza y con la realidad: La relación con la naturaleza genera empatía y aprecio por el medio ambiente. En cuanto a la realidad, se recomienda el uso de materiales menos estructurados y más naturales para que el niño pueda tener una mayor autonomía y una experiencia más real, aunque en ocasiones tenga que estar supervisado por un adulto.

En cuanto a la implementación práctica de este método en casa, es posible hacer algunos cambios en la vida diaria para beneficiarse de sus efectos educativos.

  1. Crear rincones específicos para que jueguen y realicen actividades de forma independiente, como leer o pintar.
  2. Participar en actividades con adultos, como pueden ser recetas, jardinería, organizar la casa, limpiar, hacer la compra, etc. con acciones completamente autónomas, aunque siempre supervisadas.
  3. Dejar que el niño se dé cuenta de sus propios errores y los corrija por sí solo, sin tener que esperar un castigo. Tampoco se debe recompensar la buena conducta.

Poniendo el foco en el niño

El Método Montessori cuenta con cuatro planos de desarrollo diferentes, divididos en distintos rangos de edad del niño.

  • El primero comprende dos etapas, que van de los 0 a 3 años y de los 3 a 6 años. Ambas están agrupadas bajo la denominación de infancia y en ellas predomina la mente absorbente, pero poseen rasgos diferentes. De los 0 a los 3 años, el niño va adquiriendo conocimientos y se desarrollan sus habilidades más primitivas (lenguaje, sentidos, movimiento, etc.). De los 3 a los 6 años, se potencian herramientas, como la memoria, la concentración o la voluntad, necesarias para un desarrollo global.
  • En segundo lugar, el plano que abarca desde los 6 a los 12 años: la niñez. En esta etapa, se desarrollan el razonamiento y las relaciones sociales, así como temas morales más complejos.
  • En tercer lugar, la adolescencia, que se divide en dos fases diferentes. En general, es un período de reafirmación y de cuestionamiento. En la primera fase, que va desde los 12 a los 15 años, llegan los cambios físicos y hormonales, y con ellos la capacidad de cooperación. En la segunda fase, de los 15 a los 18 años, se consolida la personalidad propia y los intereses.
  • Por último, la fase que va desde los 18 a los 24 años. Esta se denomina madurez, y conlleva una mejoría en la estabilidad emocional y social de cara a un futuro en el mundo adulto.

Dado que el ser humano está en constante desarrollo y aprendizaje y que María Montessori indicó que no se termina de adquirir habilidades nuevas hasta los 24 años, es muy importante establecer unas buenas bases desde edades tempranas. Es vital concentrar la atención en el niño durante su educación. De esta manera, es más fácil observar y determinar cuándo actuar en función de las necesidades educativas que priman en ese momento.

Teniendo en cuenta la evolución de la mente del niño durante las diferentes etapas de los planos de desarrollo, el Método Montessori afecta directamente al rendimiento del niño como alumno durante su etapa escolar. Gracias a la gran variedad de cualidades que aprende el niño con este modelo educativo a lo largo de su vida, se ve mucho más preparado para afrontar problemas y desafíos en cursos y bloques educativos siguientes, así como en su vida personal y laboral.

La importancia de los materiales

La gran mayoría de las actividades que se desarrollan en este método requieren de materiales y mobiliario específico, especialmente en las etapas tempranas de la educación del niño. Existen muchos ejemplos diferentes de materiales que utilizar tanto en el aula como en casa.

  • Tarjetas con diferentes partes/caras para aprender sobre cualquier tema: De esta manera, se consigue un efecto muy visual y práctico, ya que las respuestas están en la misma tarjeta.
  • Cajas de colores y números adaptadas a diferentes niveles educativos: Al igual que en el anterior ejemplo, la vistosidad y la autocorrección invitan a utilizarlos con completa autonomía.
Beneficios del Método Montessori | ViveMásVidas
  • Utensilios como vasos, cubiertos, platos, etc. para actividades artísticas: Al utilizar utensilios de casa y que se ven en diferentes ámbitos, el niño se familiariza más rápido con su uso y aprende a usar también dichos objetos en los otros ámbitos.
  • Materiales de diferentes texturas y colores para aprender a diferenciarlos: El aprendizaje sensorial también forma parte del Método Montessori y estimula el cerebro del niño. Además de ser muy divertido, también enseña sobre materiales peligrosos y no peligrosos.
  • Materiales del día a día, como botones, cremalleras, cierres, etc.: Quizá el ejemplo más práctico. El niño aprende y se desenvuelve en acciones cotidianas que necesitarán hacer por sí solos conforme vayan creciendo.

Es fundamental que los materiales inciten a la repetición de las actividades y que posibiliten que el niño pueda corregir sus errores por sí mismo. También es un plus el uso de materiales naturales y llamativos, que atraigan la atención del niño y le inviten a aprender jugando. Se ha de tener en cuenta que deben estar siempre adaptados a las necesidades del niño, a su edad y a su nivel educativo. El niño debe estar cómodo y trabajar con independencia y tranquilidad.

El programa Montessori

El programa Montessori, también conocido como currículo Montessori, describe las diferentes áreas de aprendizaje que ha de seguir el niño en dos etapas distintas: de los 3 a los 6 años y de los 6 a los 12 años.

De los 3 a los 6 años

La educación recibida en esta etapa se divide en 4 ramas, que son:

  1. La vida práctica, que consta de tareas comunes del día a día (limpiar, ordenar, cocinar) y que ayuda en la coordinación y la autodisciplina.
  2. La sensorial, que comprende olores, sabores y texturas y que facilita la observación y la cautela.
  3. El lenguaje, que facilita el posterior aprendizaje a la lectura, y que ayuda al niño a expresarse y comunicarse con los demás.
  4. La matemática, que mejora el sentido lógico y de razonamiento del niño y le proporciona una mejor capacidad de resolución de problemas.
¿Qué es el Método Montessori? | ViveMásVidas

De los 6 a los 12 años

La educación que se imparte en esta fase está dividida en cinco grandes lecciones, que comprenden áreas como la historia, la geografía, la biología, las matemáticas, el lenguaje o la cultura. Contienen temas mucho más complejos, que fomentan la reflexión, la curiosidad y la imaginación.

Un método 10/10

La educación de los hijos ha variado mucho a lo largo de los años, pero gracias a ello se dispone de más tiempo y dedicación para ello. El Método Montessori ha demostrado ser tanto eficaz como útil, además de ser mucho más entretenido y liviano para los niños y de poseer una gran adaptabilidad a lo largo de su vida escolar, social e incluso personal.

Poco a poco se va implantando en la gran mayoría de las escuelas, pero también en muchos hogares y familias. Este método tan famoso convierte a los niños en personas mucho más preparadas para el futuro, y los hace más capaces de seguir en constante aprendizaje, que es, en realidad, lo que nos hace humanos.

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