Sin embargo, hablar de dinero con tus hijos es muy importante. Deben entender la importancia de saber gestionar bien el dinero. Por ello es importante enseñarles buenos hábitos financieros como son el ahorro o los presupuestos con el objetivo de prepararlos para que tengan un futuro financiero sano.
También hay que discutir con ellos la importancia de evitar el endeudamiento innecesario y de la inversión como forma de alcanzar las metas. Y todo ello es igual de importante en todas las familias, no importa el nivel de rentas que tengan.
Como en Vive Más Vidas sabemos que hablar de dinero con los pequeños de la casa es complicado, te dejamos unas pautas para que puedas entender hasta dónde llegar y cómo afianzar la cultura financiera dependiendo de la edad que tengan. Como idea, proponemos empezar con los niños, pasar por los adolescentes y terminar por los universitarios.
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Menores de once años
Una buena forma de empezar a tratar el tema es explicar el valor del dinero y su función en el mundo. Por lo general, los pequeños tienden a centrarse en sistemas basados en los premios donde ganan algo por sus notas o por su buen comportamiento.
Puedes utilizar esas situaciones para enseñarles a ganar dinero, pero también a utilizarlo. Para esto último tienen tres opciones: gastarlo, ahorrarlo o donarlo. Pueden decidir gastarlo en un juguete o un capricho inmediato, guardarlo para conseguir otro juguete o capricho más caro en un futuro cercano o para donarlo a alguien que esté en situación de verdadera necesidad.
Para hacerlo de forma más lúdica puedes utilizar tres huchas llamadas gastos, ahorros y donaciones. Crea semanalmente situaciones en las que ellos puedan ganar dinero con situaciones reales del tipo buen comportamiento, buenas notas en exámenes, etc. Por último, cuenta con ellos cuánto han sido capaces de acumular en cada categoría para que vean el resultado.
Lo importante de la actividad es hacerles entender la idea de que ahorrar es renunciar a un premio pequeño hoy para obtener uno mayor mañana, con un concepto que puedan entender con su edad.
Puedes apoyar la idea con una aportación añadida si ahorran o donan, del tipo interés compuesto:
“Si al terminar la segunda semana, has ahorrado X, yo te añado Y para que estés más cerca del objetivo”.
Si reciben aportaciones de otras personas por cumpleaños u otros motivos, llévalos a las huchas también. Como se trata de aprender una disciplina, repetir y reforzar son las claves para que lo entiendan. La paga semanal es una gran idea siempre.
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Adolescentes y jóvenes
Poco a poco hay que ir introduciendo conceptos de ahorro e inversión más complicados. Como están en una edad en la que desean más independencia y poder tomar más decisiones, hay que buscar la forma de asociar la educación financiera a sus intereses para mantenerles motivados.
Un ejemplo interesante pueden ser los videojuegos de estrategia, pues el ahorro y la inversión también siguen una estrategia. Si en sus juegos hay armas y niveles, también los hay en el ahorro y la inversión. Son las cuentas corrientes, los bonos, las acciones, etc.
Con los más mayores se puede establecer una estrategia de ahorro a medio plazo con mayor o menor riesgo según el objetivo, y en la que entren los conceptos de distribución de activos (las armas del juego) y la diversificación (guerreros o jugadores).
Otra opción es la de jugar con ellos al Monopoly o similares para explicarles los conceptos que surjan y las estrategias defensivas o agresivas de cada uno. No deja de ser un juego con una parte de azar, pero aprenderán que no se trata de comprarlo todo al principio y quedarse sin dinero al final de la primera vuelta, sino de elegir bien las inversiones.
Habla mucho con ellos durante la partida e introduce conceptos reales. Como consejo personal, gánales la partida aprovechando los errores de la juventud, déjales hacerte alguna trampa o concédeles alguna ventaja que no les sirva para ganar. Aprenderán muy rápido de sus errores. Cuando te ganen, sabrás que has hecho un buen trabajo.
Por último, procura implicar a toda la familia. Mejor jugar tres que dos o cuatro que tres. Se picarán más y tendrán más cuidado si quedan los últimos de un grupo más grande.
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Universitarios
A estas edades ya manejan los conceptos del ahorro y la inversión por sí mismos. Sin embargo, son jóvenes y les puede faltar la perspectiva para objetivos a más largo plazo.
Lo más importante para ellos puede ser tener un coche y por ello pondrán todo su dinero en él. Sin embargo, hay que recordarles la importancia de ahorrar o invertir con objetivos a medio y largo plazo.
La clave es hacerles pensar que hay una vida por delante. Por lo tanto, deben ahorrar e invertir con objetivos a medio y largo plazo y equilibrar los recursos propios y los ajenos (financiaciones) en las compras que necesiten. El concepto clave que deben aprender es el del presupuesto. Saber de cuánto disponen, de los ingresos posibles y los gastos probables para cada situación.
Poco a poco, los padres deben ir retirando la red financiera familiar para que construyan la suya, dejando que tomen decisiones y que se equivoquen en situaciones de poco impacto. Por ejemplo, si has decidido poner todo tu dinero en comprarte un coche, no tienes para irte de vacaciones con los amigos. O, como decidiste que querías irte de viaje de fin de curso, ahora no tienes para sacarte el carnet de conducir en verano…
La actividad en estas edades es la de compartir tus experiencias, tanto los éxitos como los fracasos financieros. Y contarles sin miedo cuál es la estrategia financiera de la familia, con sus presupuestos y objetivos a medio y largo plazo. También, llegado el caso, que sepan que el comodín familiar ya no está en la baraja (esa red financiera que les protege cuando son parte de la unidad familiar).
Por lo tanto, lo importante es hablar con ellos para que sepan cómo están las cosas en las finanzas de la familia y hacerles las preguntas adecuadas antes de que tomen sus propias decisiones para que puedan acertar en los pasos que den.
En conclusión, hay muchas formas de ir introduciendo los conceptos financieros en la vida de tus hijos. Nunca es tarde para empezar, pero no lo dejes. En Vive más Vidas, por ejemplo, hemos hablado de las cuentas bancarias para jóvenes en otros artículos que deberías leer.
Si en algún momento de tu vida has echado de menos un poco más de cultura financiera, procura que a tus hijos no les falte. Ya ves que con juegos y buena comunicación no es tan difícil.