Los costes de la energía se han disparado en los últimos años. El petróleo, la electricidad y el gas son ahora mucho más caros, lo que supone un auténtico quebradero de cabeza para la economía doméstica. La opción más lógica para combatir estas subidas parece ser tratar de usar menos (o de una forma más eficiente) la energía que consumimos, pero antes de apretarnos -más- el cinturón, es importante revisar que no estamos pagando de más por nuestros suministros. Es momento de coger la factura del gas y echarle un ojo en profundidad.
Los 3 pasos para ahorrar en la factura del gas
El gas natural juega un papel fundamental en el día a día de millones de familias españolas, especialmente cuando llega el frío. Es el encargado de hacer funcionar a los radiadores, muchos calentadores de agua caliente, algunos tipos de cocina más tradicionales y que funcionan a fogones… Según un estudio del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el consumo medio mensual de gas en un hogar español es de 420 kWh.
Si hablamos en euros, estamos hablando aproximadamente de unos 40 € al mes en viviendas de dos personas y algo más de 60 € para las de cuatro, aunque la cifra puede variar enormemente dependiendo del tipo de casa, la climatología del lugar y, por supuesto, el número de aparatos a gas que usemos, su estado y el uso que les demos.
Con la teoría vista, es momento de aterrizar a nuestra realidad particular para ver cuál es nuestro consumo y si estamos pagando de más por ello.
Paso 1: Analiza tu consumo de gas y tu tarifa
Lo único que necesitas es tu factura, ya que en ella está toda la información que buscamos. Es clave que tengas a mano la última (o penúltima, como opción alternativa), pero te recomendamos que trates de recopilar varias dentro de un mismo año natural. Si son las 12, mejor que mejor. ¿Por qué? Si solo dispones de una, lo normal es multiplicar su coste por 12, pero la realidad es que no gastamos lo mismo todos los meses, especialmente si contamos con calefacción por radiadores. Al tener varias facturas, podrás detectar picos o subidas que convendría suavizar, así como efectuar un cálculo de gasto anual mucho más realista y que, sin duda, te será útil para llevar una buena planificación financiera en casa.
¿Por qué la última factura es esencial? Dependiendo de la tarifa que tengas contratada, el precio mensual podría variar. Si es tu caso, contar con el último dato es la mejor forma de hacer previsiones a futuro, aunque no olvides añadir un margen al alza para evitar sorpresas con las futuras subidas. Y si, por un casual, el precio bajase, todo eso que te ahorras.
Reguladas vs. Mercado libre: Cómo saber si tu factura de gas tiene la tarifa correcta
Como te comentábamos justo al inicio, desaparece la Tarifa de Último Recurso (TUR), que es o, mejor dicho, era la alternativa a la que podían acogerse los hogares españoles a la hora de contratar su suministro de gas a una gran compañía. Su gran beneficio era que su precio estaba regulado por el Gobierno mediante un bono social. De ellas se beneficiaban un 20 % de familias y ciertas comunidades de vecinos, que pagaban entre 5 y algo más de 20 € al mes, dependiendo de sus necesidades energéticas.
¿Por qué te contamos todo esto? Porque al desaparecer, encontrar la mejor oferta depende única y exclusivamente de nosotros. Si no sabes si es tu caso, es mejor que lo revises cuanto antes, ya que es el momento de buscar aquello que más te conviene antes de que te pasen a una opción estándar que te acabe costando más o no se adapte 100 % a tus necesidades. Para ello, solo hace falta mirar el texto que figura debajo (o al lado) del logotipo y nombre de la compañía y que nos indica cuál es nuestra tarifa actual. Para evitar confusiones, repasemos ambas.
Cómo reconocer si tu tarifa de gas está regulada
Si en nuestra factura aparece el texto “comercializadora regulada”, “comercializadora de referencia” o “comercializadora de último recurso” significa que nuestra tarifa aún está regulada y, por tanto, que deberemos proceder a cambiarla lo antes posible.
Un dato a tener en cuenta si tienes contratado gas y luz con la misma compañía es que la modalidad regulada del gas es la TUR Vecinal y que no debemos confundir con la PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor), que hace referencia a la modalidad regulada de la electricidad.
Si no encuentras la factura, otra forma de comprobarlo es echando un ojo al listado de comercializadoras de referencia con bono que ha preparado la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia). Si la tuya aparece en la lista es muy probable que sea tu caso, aunque te recomendamos que lo verifiques poniéndote en contacto con ellos.
Cómo saber si tu tarifa de gas es del mercado libre
Si, por el contrario, al revisar nuestra factura ves el nombre de otra tarifa u oferta diferente a las identificadas como reguladas es que tu tarifa ya es de mercado libre y, por tanto, a no ser que quieras buscar una oferta mejor, ya tienes todo el trabajo hecho.
Mencionar que las compañías suministradoras tanto de gas como electricidad deben regirse por la orden del Ministerio para la Transición Ecológica que las insta a especificar toda la información a sus usuarios, por lo que es muy probable que junto al nombre de la tarifa encuentres también otros extras que pudieras tener contratados como, por ejemplo, mantenimientos.
🤑 Tip financiero:
Un truquito infalible y superfácil para saber si tu tarifa pertenece al mercado libre es que te preguntes cómo de conocido es tu distribuidor de gas. Si se trata de una compañía muy conocida o está asociada a una gran eléctrica, no hay duda: está en el mercado libre. Las TUR siempre se ofrecen a través de compañías mucho más pequeñas con nombres poco conocidos.
Extras que pueden hacerte ahorrar en la factura de gas
Además del consumo e impuestos, muchas facturas incluyen algún que otro extra. Por lo general, estos tienen que ver con temas de revisiones, mantenimiento o asistencia. Y aunque varían entre una compañía u otra, es importante saber bien qué nos están cobrando, ya que son un punto clave para ahorrar en la factura. Veamos por qué.
- Duplicado de servicios: Pongamos que tienes el gas contratado con una compañía y la luz en otra. Es posible que ambas te ofrezcan servicios que te estén cubriendo problemas similares como, por ejemplo, la rotura de una caldera. Lo mismo pasa con los seguros del hogar, que también suelen contar con coberturas para este tipo de problemas. Echa un vistazo a todo lo que tienes contratado y da de baja todo aquello que ya tengas por otro lugar.
- A veces no valen la pena: Estos servicios suelen suponer unos pocos euros al mes, pero si lo multiplicamos por 12 meses, la cosa cambia. Es muy recomendable comparar este coste con el de un profesional acreditado que contactemos por nuestra cuenta, algo especialmente sencillo en casos como las revisiones y mantenimientos de caldera. No solo podemos llevarnos una sorpresa con el precio, sino que también puede suponer una diferencia en términos de calidad.
- Cuidado si vives de alquiler: Lo normal al alquilar el piso es que ya venga con los suministros dados de alta. Esta gestión ha sido llevada a cabo por los propietarios o gestores de fincas, por lo que es posible que hayan decidido curarse en salud y contratar las máximas coberturas para asegurar el bienestar de todos… a tu costa.
¿Te han cobrado de más? Cómo reclamar a tu compañía de gas
Aunque no debería ser común, puede darse el caso de que hayas detectado que te han cobrado de más, que no te aplican algún bono o, sencillamente, que estás en desacuerdo con la desorbitada cifra de alguna factura, por poner algunos ejemplos. Si has detectado algo raro y ves motivos para reclamar, puedes hacerlo.
Simplemente necesitas ponerte en contacto con tu comercializadora y explicar tu reclamación. Eso sí, mejor si lo haces por escrito para tener constancia en caso de tener que aportar pruebas. De vuelta deberías obtener un número de reclamación que has de guardar, así como una confirmación de recepción que deberían responder en el plazo de un mes. Si no lo hacen o no estás de acuerdo, puedes optar por opciones como la OMIC, OCU o FACUA.
Para evitar perder el tiempo, antes de proceder conviene tener en cuenta algunos factores que podrían justificar el problema. Aquí las opciones son varias y van desde que ha vencido algún descuento a la llegada de un nuevo calentador o radiador pasando por las archifamosas lecturas estimadas o posibles errores en el contador. Revisa que no sea tu caso antes de realizar cualquier reclamación.
Paso 2: En busca del ahorro en la factura del gas natural
Ok, llegados a este punto ya sabemos cúal es nuestro consumo tanto en kWh como en euros. Así que nos toque o no cambiar de tarifa, es altamente recomendable revisar si estamos pagando de más en la factura del gas o podemos recortar los gastos un poco.
¿Qué necesitamos? Lo mejor para empezar son los famosos comparadores online. ¿Por qué? Por lo general, muchas de estas ofertas van variando con el tiempo, así que antes de ir buscando una a una es mejor empezar haciendo una gran criba.
¿Qué buscadores puedes utilizar? Desde más generalistas como Rastreator hasta especializados como Selectra pueden servirte. Y aunque no te aconsejamos uno por encima de otro, sí que te recomendamos hacer la búsqueda en varios. Usar tres o incluso cuatro webs diferentes te permitirá tener una visión más amplia y menos sesgada de todo lo que te ofrece el mercado.
Con la selección hecha, es momento de entrar un poquito más a fondo y analizar un poquito las 2 o 3 elegidas ya que los servicios extra y su precio pueden acabar de decantar la balanza hacia un lado u otro.
🤑 Tip financiero:
Si tienes la luz contratada con una gran compañía eléctrica, contempla la opción de integrar el gas con ellos. Es muy posible que puedan tener alguna oferta ventajosa al contratar ambos servicios.
Cuidado con las ofertas telefónicas de gas y, en general, de todo
Como seguro sabes, prácticas como el marketing telefónico fueron reguladas a mediados de 2023 con el objetivo de proteger un poquito más al consumidor. Sin embargo, existen lagunas como las llamadas de interés para ti que podrían realizar compañías con las que mantienes algún tipo de relación o contrato. Ya sea bajo este paraguas o porque se hallan en otros países fuera de la UE, no es raro seguir recibiendo llamadas de índole comercial realizadas por comercializadoras o asesorías energéticas, muchas de ellas de muy dudosa reputación.
Es cierto que la mayoría son muy fáciles de detectar. Pero en el caso de los suministros como luz y gas es fácil que puedan cogernos fácilmente en fuera de juego. Estos pueden presentarse en nombre de otra compañía más conocida o usar argumentos como la supuesta actualización en la tarifa de precios. Sea lo que sea lo que te digan u ofrezcan, nuestro consejo es que no contrates nada. Si realmente te interesa y pertenece a una empresa de la cual te fías, lo mejor que puedes hacer es ponerte en contacto con ellos por tu cuenta. Pero eso sí, siempre por los canales oficiales que indiquen en su web. Si la oferta es cierta, también deberían poder ofrecernos lo mismo. Es la única manera de asegurarnos ahorrar en la factura del gas de forma segura mediante este tipo de estrategias comerciales.
Paso 3: Qué tener en cuenta para cambiarse de compañía de gas
¿Has encontrado algo más beneficioso para tus finanzas? Perfecto, es hora de prepararlo todo. Repasemos rápidamente todo lo que debes considerar para empezar a reducir la factura a través de un cambio de comercializadora del gas.
Cuánto cuesta cambiar de compañía de gas
La respuesta rápida es que es un trámite totalmente gratuito, aunque hay un pequeño gran pero: los servicios extra que incluye tu factura del gas. No es extraño que la contratación de estos esté sujeta a una permanencia de 12 meses. ¿Problema? Si no decimos lo contrario o damos de baja el servicio, esta se suele renovar de manera automática pasado ese tiempo, lo que puede causar una pequeña penalización. Así que si vas a cambiarte de compañía, encárgate primero de estos detalles para evitar empezar a ahorrar con gastos inesperados.
Qué necesito para llevar a cabo el trámite
A nivel de documentación, no se necesita nada especial. Basta con el DNI, la dirección de la vivienda donde queremos contratar el gas, datos bancarios y vías de contacto para que nos lleguen las facturas y, si no indicamos lo contrario, alguna que otra oferta.
Si estás de alquiler o compartes vivienda, es importante saber que la única persona a la que se le permite realizar el cambio es al titular vigente del contrato.
Cuánto tarda en realizarse el cambio
El trámite es inmediato, pero el cambio real en el suministro puede demorar, en los peores casos, hasta cerca de un mes. Aunque no te preocupes, el suministro de gas de tu casa no se verá afectado en ningún momento (a no ser que en lugar de realizar un cambio demos de baja el servicio, lo cual no solo es más problemático, sino que puede acarrear costes extra).
Más consejos para seguir ahorrando
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