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Cómo calcular tu finiquito correctamente

Finanzas
8min.
Una mujer y un hombre hablando en una oficina.

Calcular el finiquito puede parecer una tarea tremendamente tediosa. Pero la situación, la cantidad de conceptos a tener en cuenta -algunos de ellos puede que nuevos para nosotros- o las ganas de terminar con el proceso pueden hacer que pasemos por alto algún detalle importante. Te resumimos todo lo que debes tener en cuenta a la hora de defender mejor tus derechos y tu dinero en caso de dejar el trabajo. 

Calcular el finiquito puede parecer una tarea tremendamente tediosa. Pero la situación, la cantidad de conceptos a tener en cuenta -algunos de ellos puede que nuevos para nosotros- o las ganas de terminar con el proceso pueden hacer que pasemos por alto algún detalle importante. Te resumimos todo lo que debes tener en cuenta a la hora de defender mejor tus derechos y tu dinero en caso de dejar el trabajo. 

Ya se trate de un despido, de una finalización de contrato o una renuncia voluntaria, siempre que se extingue una relación laboral entre una empresa y uno de sus trabajadores se produce una liquidación de la deuda acumulada durante el tiempo que este último ha estado prestando sus servicios. Es lo que conocemos como finiquito y en este artículo revisaremos qué parámetros tener en cuenta a la hora de calcular correctamente el finiquito y qué hacer en caso de discrepancia. Empezamos:

Qué es un finiquito, en detalle 

Para ser exactos, el finiquito es la liquidación de los importes generados y no cobrados por parte del trabajador cuando se da por terminada su relación laboral. Se trata de un documento que refleja las partidas y los importes a los que tiene derecho la persona que abandona el trabajo hasta la fecha del fin de la relación.

Estos importes deben aparecer desglosados, calculados y sumar un importe de propuesta de liquidación. Esta debe quedar entregada a las dos partes, teniéndose que firmar y especificando si se está de acuerdo o ‘no conforme’ con la cantidad propuesta. En este caso, firmará el documento un tercero para ratificar que el finiquito ha sido entregado, pero no lo cobrará hasta que se alcance un acuerdo en la cantidad adeudada. Dicho en otras palabras: no lo tienes que aceptar de primeras si crees que contiene algún error.

Por lo tanto, el finiquito es un derecho de todo trabajador y es exigible a la empresa porque está recogido en el Estatuto de los Trabajadores. Si no se recibe, debe ser exigido por escrito. En España es muy común que este venga acompañado de una carta de despido o una notificación de preaviso en la que se notifica el fin de la relación laboral.

Qué partidas debes tener en cuenta para calcular tu finiquito correctamente

Tu vida laboral reciente cuenta y mucho a la hora de calcular la cifra que aparece en tu finiquito. Estos son los principales factores que la componen:

Los días trabajados, el primer valor de cualquier finiquito

La primera partida que incluye un finiquito es la de los días trabajados del mes corriente o, lo que es lo mismo, los días laborables desde la última nómina. Vamos, el sueldo del mes hasta el día de finalización. Para hallarlo, se calcula primero el salario que corresponde a cada día y se multiplica por el número de días que se ha trabajado.

Una mesa con 3 personas trabajando juntos para un proyecto.

Las pagas extra no prorrateadas, un punto clave 

Hay contratos que contemplan 12 pagas y otros 14 o 15. A la hora de calcular el finiquito hay que poner atención a este dato porque puede ser fuente de conflicto. Pero antes de seguir, ¿a qué nos referimos con paga prorrateada? Se trata cuando las pagas están repartidas en 12 meses habituales.

Para calcular esta partida lo primero que deberás conocer es el número de pagas que te corresponden. Si no lo conoces, puedes revisarlo en tu convenio laboral. A partir de ahí, debes calcular los días trabajados a partir del último cobro de una paga extra, que por lo general suelen producirse cada 6 meses, coincidiendo normalmente con verano y navidad.

Las vacaciones acumuladas pero no disfrutadas se convierten en dinero 

Como ya sabrás, por cada día trabajado nos corresponde un tiempo de vacaciones. Cuando nos despiden ya no tenemos la posibilidad de disfrutar de esos días de vacaciones, por lo que se calculan y se suman al finiquito.

Según el contrato que tengas -o convenio por el que te rijas-, te corresponden una serie de días de vacaciones por año. Lo más habitual son 30 días naturales por 360 días trabajados, aunque hay trabajos como los vinculados a la docencia que pueden tener más. Si disfrutas de periodos de vacaciones de más de un mes a lo largo del año, revisa bien esta parte para asegurar que recibes la compensación correcta.

Cuidado si tienes horas extra y otros complementos como bonus o gratificaciones 

Este tipo de complementos no suelen ser muy habituales en los contratos, por lo que su no aparición puede pasar desapercibida si no lo sabemos o no contamos con alguien que nos asesore. Estos, además, pueden ser una fuente de conflictos. La ley dicta que deben calcularse de la forma más justa posible, pero no siempre es así.

Si es tu caso, lo más recomendable es que, en primer lugar, revises que estos figuran en el finiquito y, si no lo hacen, ver si estos sí aparecen en el contrato. Si es el caso, exige su inclusión por escrito adjuntando el contrato. Puedes valerte de abogados en el caso de que encuentres trabas a la hora de negociar los importes de estos complementos.

Top preguntas sobre el finiquito

Ahora, con una visión clara de qué es el finiquito y cómo se compone su cifra, es momento de resolver las dudas más clásicas acerca de esta famosa liquidación.

¿Varía el importe según la forma en que termine tu relación con la empresa? 

No, el finiquito siempre se calcula igual (y dará el mismo resultado) tanto si te despiden, como si el contrato termina o decides abandonar voluntariamente la empresa.

Pero cuidado, finiquito o liquidación no es lo mismo que una indemnización. En algunos casos, como en los despidos improcedentes, el fin de la relación laboral exige también el pago por parte de la empresa de una indemnización. Esta se entregará junto al finiquito cuando proceda, pero ten presente son conceptos diferentes. Básicamente, porque una indemnización suele proceder de un despido y no de una renuncia voluntaria y el derecho a tal indemnización consta en el contrato del trabajador.

Son motivo de posibles indemnizaciones un incumplimiento del contrato por parte de la empresa o por una modificación sustancial de las condiciones pactadas en el contrato, por ejemplo.

¿Cuándo se cobra el finiquito? 

El finiquito se entrega, por norma general, el último día que se acude al trabajo. A veces puede venir acompañado de un cheque nominativo o efectivo, si la cantidad no es muy elevada. Otras empresas prefieren optar por transferencias y, aunque no existe un plazo concreto de pago si el convenio colectivo no lo especifica, no suelen demorarse más allá de un mes.

Si no se produjera, el trabajador dispone de un año natural para reclamar dicha cuantía.

¿Existe el finiquito negativo?

Puede parecer una broma de mal gusto, pero la verdad es que puede salirte un finiquito negativo o, lo que es lo mismo, que debas dinero a la empresa. Aunque es un caso poco común puede suceder si se acumulan diversas bajas sin justificar, si se han solicitado adelantos de nómina o disfrutado de días de vacaciones por adelantado, por abandonos sin preaviso y alguna que otra opción más.

Qué más tener en cuenta a la hora de calcular el finiquito 

Cabría pensar que después de tantos cálculos y sumas ya conocemos el importe total que debemos cobrar por nuestro finiquito. Pero lo cierto es que queda un pequeño gran detalle: restarle los impuestos (IRPF) y las cuotas a la Seguridad Social, y cuyas cifras pueden variar en función de cada trabajo y contrato.

Qué hacer si hay discrepancias con la empresa en la cifra del finiquito

La labor de calcular el finiquito de una manera justa y real recae sobre la empresa. Y aunque esta no debe obrar de mala fe, y bajo un punto de vista técnico, la propuesta siempre debe ser ratificada por el empleado o empleada.

Este deberá firmarlo, indicando con “no conforme” si no le parece justa la cantidad y desea reclamar un nuevo importe. Esto suele darse especialmente en los procesos de despido, donde la confianza entre el trabajador y la empresa puede verse seriamente erosionada.

El finiquito no debe firmarse al instante, si no queremos. Podemos tomarnos nuestro tiempo para recalcular, pedir la opción de un experto o lo que deseemos. Como dicen los expertos -y el sentido común- es mejor leer con atención todo aquello que requiere de nuestra firma, especialmente cuando se trata de dinero. Así como también es crucial solicitar una copia y revisar que en ella figura exactamente la misma información y no contiene cláusulas de descarga de responsabilidades.

Por último, recuerda tener siempre a mano una copia de tu contrato y tu convenio si quieres revisar cualquier cálculo de tu finiquito, ya que estos suelen contener la información clave para saber con exactitud cuánto te adeuda la empresa.

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