Los ETF permiten invertir de manera sencilla en múltiples sectores y empresas, facilitando el crecimiento de tus ahorros de forma eficiente y con transparencia. En este artículo exploraremos en detalle qué son, cómo funcionan y por qué podrían ser la herramienta ideal para potenciar tu cartera de inversiones.
Los índices, la materia prima de los ETF
Los ETF funcionan replicando índices, pero… ¿Qué son exactamente?
Los índices son un conjunto de valores que representa un mercado o un segmento en concreto, como las mejores empresas de un país o el sector tecnológico de una región. Actúa como un concepto teórico que evalúa y mide su rendimiento a lo largo del tiempo. Para que te hagas una idea, estos son algunos de los valores que pueden formar parte:
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Acciones
Son los valores más comunes y están compuestos por una selección de acciones de empresas que cotizan en bolsa. Estas acciones pueden agruparse según diferentes criterios como capitalización de mercado, sector industrial, región geográfica, entre otros.
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Bonos
Pueden estar compuestos por una cartera de bonos gubernamentales, corporativos o municipales. Pueden centrarse en bonos de diferentes países, duraciones, calificaciones crediticias o tipos de interés.
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Materias primas
Se pueden establecer índices de valores basándose en el precio de materias primas como el oro, la plata, el petróleo, el gas natural, productos agrícolas, entre otros.
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Divisas
Compuestos por una cesta de monedas extranjeras en relación con una moneda base, como podría ser el dólar estadounidense o el euro. Reflejan el rendimiento de los tipos de cambio entre diferentes monedas.
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Propiedades inmobiliarias
También existen índices de bienes raíces compuestos por empresas del sector inmobiliario, como empresas de gestión de propiedades, de desarrollo inmobiliario, de inversión inmobiliaria (REITs), entre otras.
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Principales proveedores de índices
➡️ MSCI (Morgan Stanley Capital Investment) por ejemplo, MSCI World
➡️ Deutsche Börse AG y su filial STOXX Ltd
➡️ Standard & Poor’s por ejemplo, S&P 500
➡️ FTSE Group por ejemplo, FTSE 100
➡️ Dow Jones Company p. ej. Dow Jones
➡️ Nihon Keizei Shimbun p. ej. Nikkei
Formas de replicar un índice
Al crear un índice, los proveedores definen una gran variedad de criterios para que los valores sean incluidos en él. Hay una gran variedad de criterios y elecciones, por lo que hay muchos índices con diversos enfoques de réplica:
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Réplica completa
Significa que el fondo compra todas las acciones que forman parte del índice, y las compra en la misma proporción o ponderación en la que están en el índice. Por ejemplo, si el índice tiene un 5% de una empresa, el ETF también tendrá un 5% de esa empresa.
Este método es el más común y preferido porque ofrece total transparencia, lo que significa que siempre puedes ver exactamente en qué está invirtiendo el ETF. Además, tiene un bajo error de seguimiento. Este tipo de réplica se utiliza normalmente para índices con pocas empresas y con acciones que se negocian fácilmente, asegurando que se puedan comprar y vender acciones sin problemas.
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Réplica optimizada
En este caso, se utiliza un modelo de riesgo para elegir los valores más importantes que juntos se comportarán de manera similar al índice completo. Este enfoque permite seguir el rendimiento del índice sin necesidad de adquirir cada acción, lo que puede ser más eficiente y menos costoso.
Aunque la réplica optimizada puede no seguir el índice tan precisamente como la réplica completa, es muy útil para índices con muchos componentes.
Ahora sí, hablemos de ETF
Ahora que sabes un poco más sobre los índices, el funcionamiento de un ETF consiste en replicar esos índices y permite invertir sobre ellos.
Un poco como si existiera una caja llena de distintas empresas: en lugar de comprar una por una, compras una parte de ella y obtienes un poco de cada. Algunas de sus características son:
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Diversificación
Los ETF permiten a los inversores acceder a una amplia variedad de activos a través de una sola inversión. Por ejemplo, el S&P 500 proporciona exposición a 500 de las empresas más grandes de Estados Unidos. Por lo que una inversión en un fondo cotizado que replique ese índice equivale a invertir en fracciones de esas 500 empresas.
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Liquidez
Dado que los ETF se negocian en bolsas de valores, pueden comprarse y venderse en cualquier momento durante el horario de mercado, ofreciendo mayor liquidez que muchos fondos mutuos. Eso significa que, por lo general, no hay un tiempo de espera muy grande si necesitamos acceder a nuestras inversiones en caso de emergencia.
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Transparencia
La mayoría de los ETF divulgan sus tenencias diariamente, lo que permite a los inversores saber exactamente en qué están invirtiendo.
Es cierto que hay fondos que deciden no comunicar los activos en los que están invirtiendo, ya que eso podría perjudicar al rendimiento o desvelar su estrategia de inversión. En ese sentido, es importante fijarse en la calidad y cantidad de información que nos ofrece un fondo cotizado.
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Eficiencia de costos
Generalmente, los ETF tienen comisiones más bajas en comparación con los fondos mutuos, ya que muchos de ellos se gestionan de manera pasiva. Al replicar simplemente un índice, no se incluyen gastos de investigación y gestión sobre qué activos invertir.
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Flexibilidad
Los ETF pueden ser utilizados para una variedad de estrategias de inversión, incluyendo estrategias a largo plazo, cobertura y especulación a corto plazo.
Pros y contras de los fondos cotizados
Como cualquier forma de inversión, hay beneficios y riesgos asociados. Es necesario informarse cuidadosamente y ser conscientes del capital que estamos dispuestos a invertir. Vamos con puntos a favor y sus riesgos:
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Accesibilidad
Los inversores podrán acceder a mercados y sectores que de otro modo podrían ser difíciles de alcanzar. Si queremos invertir en empresas de un país lejano, hacerlo como particulares puede ser especialmente tedioso, sobre todo a nivel burocrático o legal.
Te dejamos por aquí un artículo sobre todo lo que debes saber en tu declaración de la renta 2024.
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Diversificación
Unos de los puntos fuertes es que invertir en un ETF proporciona una diversificación instantánea, reduciendo el riesgo asociado con la inversión en acciones individuales. Si solo invertimos en un activo, vamos a depender del rendimiento de este. Pero si invertimos sobre el mercado, y este está en alza, por muchas empresas que no tengan buen rendimiento, podemos seguir sacando rentabilidad.
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Eficiencia de costos
Con comisiones generalmente más bajas y menores cargas fiscales, los ETF son una opción rentable para muchos inversores.
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Flexibilidad de inversión
Los ETF pueden ser utilizados para estrategias tanto de largo como de corto plazo y pueden ser comprados a crédito o vendidos en corto.
Podemos invertir en mercados que tengan proyección de crecer en un periodo relativamente corto de tiempo y beneficiarnos de ello. Por otra parte, si tenemos una visión a largo plazo, podemos mover nuestros ahorros a mercados más conservadores y de crecimiento más lento pero constante.
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Dividendos y ganancias de capital
Algunos ETF distribuyen dividendos y ganancias de capital a los accionistas. Estos pagos pueden ser reinvertidos automáticamente o recibidos en efectivo, dependiendo de las preferencias del inversor.
No solo hay que contar el aumento de valor de nuestra inversión, sino que al ser propietarios de fracciones de empresas, optamos a una fracción de sus ganancias. Todo dependerá de la política del fondo de inversión y de si sus activos reparten o no dividendos.
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Riesgo del mercado
Al igual que con cualquier inversión en el mercado de valores, los ETF están sujetos a los movimientos del mercado. Por mucho que tengamos una inversión diversificada y sólida en distintos activos y regiones, si aparece algún desequilibrio o crisis a gran escala, nuestro capital se verá afectado.
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Riesgo de seguimiento
Aunque los fondos cotizados están diseñados para seguir un índice, puede haber diferencias entre el rendimiento del ETF y el índice, conocido como error de seguimiento. Al final, un fondo es una copia que puede no ser exacta. Es necesario conocer qué tipo de forma de réplica utiliza un fondo y cuál se adapta a nuestra estrategia de inversión.
Me interesan los ETF, ¿Por dónde empiezo?
Invertir en ETF es un proceso sencillo y accesible, incluso para aquellos que son nuevos en el mundo de las inversiones. Aquí te presentamos los pasos básicos para comenzar a invertir en ETF:
1. Elige una Plataforma de Inversión
Para invertir en ETF, necesitarás una cuenta en una plataforma de inversión. Las opciones más comunes incluyen:
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Brókeres Online
Estas plataformas suelen ofrecer comisiones bajas, una amplia variedad de ETF y herramientas de análisis avanzadas. Ejemplos populares incluyen eToro, Interactive Brokers y DEGIRO.
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Bancos Tradicionales
Muchos bancos ofrecen servicios de corretaje y permiten invertir en ETF. Aunque las comisiones pueden ser más altas que en los brókeres online, algunos inversores prefieren la seguridad y la familiaridad de su banco.
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Robo-Advisors
Estas plataformas utilizan algoritmos para crear y gestionar una cartera de inversiones diversificada basada en tus objetivos y perfil de riesgo. Ejemplos incluyen Betterment y Wealthfront.
2. Abre una Cuenta de Inversión
Una vez hayas elegido tu plataforma, el siguiente paso es abrir una cuenta de inversión. Este proceso generalmente implica completar un formulario en línea, verificar tu identidad y depositar fondos en tu cuenta. Algunas plataformas pueden requerir un depósito mínimo para comenzar.
3. Investiga y Selecciona los ETF
Antes de invertir, investiga los diferentes ETF disponibles. Considera factores como:
- Índice Subyacente: Comprende qué índice sigue el ETF y cuál es su composición. Asegúrate de que se base en el tipo de empresas que te interesan
- Comisiones: Revisa el ratio de gastos del ETF, que representa el costo anual de poseer el fondo. Al final, queremos rentabilidad: Es importante que nuestras ganancias no se queden mermadas por los costes del propio fondo.
- Rendimiento Histórico: Analiza cómo ha rendido el ETF en el pasado y saca tus conclusiones.
- Liquidez: Asegúrate de que el ETF tenga suficiente volumen de negociación para facilitar la compra y venta. En caso de que la demora en las transacciones sea un factor clave para ti, asegúrate de que tenga una buena liquidez.
Tu primera inversión
Una vez hayas seleccionado los ETF en los que deseas invertir, puedes realizar tu primera compra.
Después, es importante monitorear regularmente tu cartera para asegurarte de que sigue alineada con tus objetivos de inversión. Algunos inversores prefieren una gestión pasiva, revisando su cartera una o dos veces al año, mientras que otros optan por una gestión más activa, ajustando sus inversiones con mayor frecuencia. ¡Buena suerte hacia tu viaje de inversión!
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