Es mejor amortizar tiempo que capital… ¿Pero por qué?
La teoría económica dice que es mejor reducir el plazo. Sin embargo, lo normal es que miremos más nuestra cuota mensual y nos decantemos por pagar menos cada mes (amortizar capital) para tener un poco más de dinero en el día a día.
Si dispones de banca online, puedes utilizar el simulador de amortización de préstamos de tu entidad financiera. En Internet también hay calculadoras de este tipo que te ayudarán a hacer números. Normalmente, el simulador de tu banco te indicará también las comisiones por amortizaciones anticipadas, lo que resulta muy útil para calcular la operación con casi todas las variables sobre la mesa.
Hipotecas anteriores al 2013
Faltará la opción fiscal, pues si tu hipoteca es anterior a 2013, te puedes desgravar hasta 9.000 euros anuales por persona o 18.000 en declaración conjunta en total (doce cuotas más amortización anticipada). Amortizar más importe, no te compensa por encima de esa cifra.
¿Cómo funciona una hipoteca?
Una hipoteca a tipo variable está referenciada al Euribor (más un diferencial) y conviene investigar hacia dónde van los precios oficiales del dinero (Banco Central Europeo) para valorar si la hipoteca va a subir o bajar en las próximas revisiones del préstamo.
Si amortizamos cuota, reducimos el importe neto mensual, pero no reducimos el número de letras a pagar. Por el contrario, si reducimos plazo, mantenemos el importe neto mensual, pero reducimos el número de letras (adelantamos el fin del préstamo).
Ventajas y desventajas de reducir cuota o plazo
Al reducir el plazo, el importe total de los intereses que pagamos se reduce mucho, con lo que la operación financiera nos resulta más rentable. Seguimos pagando lo mismo cada mes, pero adelantamos el abono de la deuda. Si tu economía se puede permitir la letra que pagas hoy y esperas que los intereses suban o no lo hagan tus ingresos, esta es tu opción.
En cambio, si reduces cuota en vez de plazo, liberarás dinero para tus gastos mensuales, pero seguirás teniendo una deuda que supondrá más intereses cuanto más tiempo la tengas. Además, te arriesgas a que suba el precio oficial del dinero y con ello, aumente el interés.
Es la opción para quienes necesitan pagar menos ahora y creen que sus ingresos mejorarán o que bajarán los tipos de interés oficiales. Si no esperas que tus ingresos mejoren mucho en el futuro, deberías reducir plazo.
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