Aunque aquí nos centraremos en resumir en qué consiste esta reforma de las pensiones y en cómo nos puede afectar a los trabajadores, el mejor consejo que podemos darte es financiero y no económico.
Vamos, olvídate de esta reforma y empieza con una estrategia de inversión a largo plazo para no depender tanto de esta y las nuevas reformas que pueda sufrir el sistema público de pensiones.
Propuesta para la reforma: novedades
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Procedimiento dual para el cálculo de la pensión inicial
Consiste en que el trabajador podrá escoger la forma de cálculo de su pensión que más le convenga.
Por un lado, podrá decantarse por el sistema actual donde la pensión se calcula como una media de los salarios actualizados por la inflación de los últimos 25 años trabajados.
Por otro lado, un segundo cálculo alternativo donde el periodo de cálculo se va hasta los 29 años, pero se descartan los 24 meses de menor cotización actualizada.
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Se endurece el MEI o Mecanismo de Equidad Intergeneracional
Sube de forma escalonada la cotización extraordinaria ligada al MEI, hasta los 1,2 puntos porcentuales desde los 0,6 puntos previos y se mantendrá al menos hasta 2050 en vez de solo por diez años.
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Se elimina el tope de las cotizaciones
Se produce una subida gradual de las bases máxima de cotización a la Seguridad Social entre el año que viene y 2025. Y estará acompañada de la casi congelación de las pensiones máximas.
Así, la base máxima de cotización subirá en términos reales (ajustada por los niveles de inflación) a un 1,2% anual, pero la pensión máxima lo hará sólo al 0,115%. En teoría este margen supondrá para 2050 un aumento acumulado del 38% para la base máxima, pero de sólo el 3,15% para la pensión máxima (medidas a precios constantes).
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Habrá una cuota de solidaridad nueva
Esta cuota gravará la parte de los salarios que supere la base máxima de cotización a un tipo que irá subiendo poco a poco hasta alcanzar los seis puntos porcentuales.
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Subirán las pensiones mínimas contributivas y las asistenciales
Y se las ligará a la renta mediana y al umbral de la pobreza, respectivamente. Y habrá también mejoras en las lagunas existentes y en el complemento por brecha de género.
Posible impacto de la reforma: economía
En la primera fase de la reforma de las pensiones pública se indexaron las pensiones a la inflación y se suprimió el factor de sostenibilidad. Esto podría generar un fuerte aumento del gasto en pensiones sin compensarlo con los ingresos por cotizaciones.
Esta segunda parte de la reforma tendría que reducir esa descompensación entre más pensiones y menos o iguales cotizaciones. Pero parece que podría ser insuficiente.
Los economistas apuntan a que el procedimiento dual del cálculo aumentará el gasto porque el ahorrador elegirá la mejor opción para él o ella y esa no será la mejor para las arcas públicas.
Por el lado de los ingresos, podrían ser insuficientes porque se concentran en un segmento muy pequeño de la masa salarial, el de los que cobran por encima de la actual base máxima de cotización. La estimación es que los nuevos ingresos supongan sólo la quinta parte de la que sería necesaria para compensar el aumento del gasto.
Como conclusión principal, algunos economistas consideran muy complicado que las nuevas medidas puedan generar ahorros netos significativos a largo plazo. Dicho de otra manera, que la hucha de las pensiones necesitará de otros ingresos (recursos procedentes de otras partidas presupuestarias).
Posible impacto de la reforma: empresas y trabajadores
Otras valoraciones de la nueva reforma de las pensiones apuntan a que la subida de la cotización adicional del 0.6% al 1,2% encarece la contratación y reduce su renta disponible. Esto podría provocar una caída en las contrataciones.
Al obligar a los trabajadores que más ganan a pagar más sin recibir más puede incentivar una fuga de talentos al extranjero, con lo que se perderá recaudación.
Subir las pensiones no contributivas supone un gasto difícil de asumir y desincentiva al trabajo y a las consiguientes cotizaciones, al tiempo que puede incentivar la economía sumergida. Habrá menos cotizantes y menos recaudación.
El nuevo periodo de cálculo de las pensiones no favorece la sostenibilidad del sistema, pues incentiva que la opción elegida sea la más favorable al trabajador y, por lo tanto, la menos favorables al sistema.
En resumen, los expertos apuntan que no se contiene el gasto, sino que se incrementa y, puesto que también suben las cotizaciones de forma abrupta, se perjudica al mercado laboral: se reduce la competitividad de las empresas, reduce la renta disponible de las familias y puede incentivar el fraude (economía sumergida).
Como todas las reformas, la de las pensiones tendrá sus consecuencias en el medio y largo plazo. Puede que no termine beneficiando o no. Lo cierto es que hace ya mucho tiempo que por el mero análisis de la pirámide generacional, se percibe el envejecimiento de la población y un claro problema con las pensiones públicas.
Pero eso son cuestiones económicas a escala nacional que deben resolver los políticos. Nuestro consejo es que no pongas tus finanzas en sus manos y que empieces o empecéis a trabajar en vuestra hucha para la jubilación ya.
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