No son nada complicados, pues consisten en auditar la nueva situación financiera y, a partir de ahí, volver a construir una planificación financiera ajustada a las necesidades.
Por último, y no por ello menos importante, si las finanzas familiares estaban en manos de la otra persona, ha llegado el momento de invertir en uno o una misma y formarse para poder tomar las mejores decisiones sin ayuda de otra persona.
Cada divorcio es un mundo y depende en gran medida de cómo se estuvieran llevando las finanzas familiares, de cómo se reparten bienes y deudas, los hijos que hubiera e, incluso, a partir de ahora, las mascotas.
Sin embargo, este nuevo comienzo puede verse como una oportunidad de retomar las riendas de tu vida. Siempre puedes volver a dejar las finanzas en manos de un tercero, pero qué tal si inviertes en ti y te formas para no volver a necesitar a nadie.
Nosotros te proponemos tres pasos financieros para caminar en soledad tras un divorcio. Son muy sencillos y te permitirán avanzar en la dirección adecuada.
Audita tus cuentas
Una vez firmados los papeles del divorcio o, incluso, antes debes conocer qué bienes tienes, de qué ingresos dispones y qué deudas acumulas. Lo ideal sería que ya lo conocieras antes de tomar la decisión, pero una vez divorciados, es imprescindible.
Si eras la persona que llevaba las finanzas familiares lo tienes mejor, tanto para negociar durante el divorcio como para caminar en soledad. Pero si no lo eres, es imprescindible que des el paso y sepas cuál es tu punto de partida en tu nueva situación.
Haz una lista de bienes y derechos, deudas y obligaciones, y mira bien a nombre de quién están y las implicaciones fiscales que puede tener el reparto de todo ello.
Se trata de una lista de la compra, sin ataduras sentimentales. Eso permitirá liberarse de la ansiedad de qué va a pasar a partir de ahora, con preguntas del tipo dónde voy a vivir yo, dónde él o ella… y planificarlo todo.
No olvides que en esa auditoría pueden surgir sorpresas desagradables del tipo gastos inesperados porque alguien gastaba más de la cuenta, o dinero oculto por parte de tu pareja. Estos aspectos pueden precisar de la intervención de un abogado.
Planifica tus nuevas finanzas
Una vez que ya conoces la situación con la que te estás enfrentando, puedes establecer diferentes escenarios para valorar cuál te funciona mejor. Siempre puedes acudir a la ayuda profesional, pero eso tendrá un coste que también debes valorar. Lógicamente, si no hablamos de cifras importantes, no compensa ponerse en manos de un experto.
En realidad, es algo tan simple como valorar si el divorcio perjudica a los dos miembros de la pareja desde un punto de vista financiero. Puede ser mejor solución separarse, ir separando las cosas e independizándose antes de dar el paso definitivo. Pero hablando siempre desde un punto de vista de las finanzas.
No sería el primer caso de una pareja que decide mantenerse unida de alguna forma ante la imposibilidad de salir bien parados de un divorcio. Uno de los grandes problemas es el reparto de la vivienda común cuando es la única para los dos, o cuando la deuda todavía es demasiado elevada como para poder iniciar una nueva vida de solteros.
Digamos que -además de que cada pareja es un mundo- el abanico de posibilidades y de cabos sueltos es demasiado amplio como para poder repartir todo de forma rápida y sencilla. No hay una forma estándar de separar las finanzas de una pareja y no hay calculadoras para hacer simulaciones de cómo quedarían las cosas.
Por lo tanto, hay que establecer las distintas posibilidades para cada uno, valorar cuál interesa más (a cada uno) y llegar después a un acuerdo de divorcio en la posibilidad que mejor cuadre a los dos. Y repetimos, hablando única y exclusivamente de finanzas. Aunque dicen los expertos que esto permite también desligarse un tanto de las cuestiones sentimentales, pues hablamos solo de números.
Fórmate para poder llevar tus finanzas en soledad
Una vez que has llegado a un acuerdo con tu pareja para repartir los bienes y las deudas no se trata solo de conocer qué tienes y con qué cuentas. Lo importante a partir de este momento es estar preparado para llevar las cuentas, gestionar los bienes y tomar las decisiones que ayuden a tener una vida financiera más tranquila, en soledad.
Lógicamente, eso supone tomar las riendas de las finanzas. Desde las implicaciones fiscales del divorcio a la planificación financiera de tu jubilación. Nunca es tarde para aprender. Leer este blog es un primer paso, pero tienes que dar más. Y aprender es un proceso que lleva tiempo.
Recuerda que no se trata de convertirte en un experto o experta en finanzas, sino en alguien capaz de definir sus objetivos económicos desde este punto de partida que es el divorcio. Debes identificar cuáles son tus necesidades presentes y futuras y planificar la mejor manera de alcanzarlas. Desde ponerte a trabajar, a invertir a largo plazo.
El divorcio crea un punto de partida que debes entender como una oportunidad de ponerte al mando de tus finanzas. Son tus objetivos, las cosas importantes para ti, y debes ponerte con ellos para encontrar la mejor manera de alcanzarlos.
