Entendemos como domótica el conjunto de medidas y técnicas que permiten automatizar las funciones de una vivienda. Esto permite integrar el control y gestión de diferentes aspectos claves del día a día como pueden ser el consumo energético, la seguridad, las comunicaciones y el confort. En otras palabras: una casa totalmente inteligente a nuestro servicio. Y aunque la idea aún pueda sonar un poco a ciencia ficción, lo cierto es que la domótica lleva con nosotros desde 1984 y cada vez hay más soluciones para hacer nuestra vida un poco más fácil. Veamos cómo puedes mejorar el control de tu casa y qué tipos de sistemas domóticos existen para llevar tu ahorro y bienestar un paso más allá. Empecemos.
Las formas de empezar a disfrutar de la domótica en casa
Aunque parezca empezar la casa por el tejado, la forma más sencilla de introducirnos en la domótica es centrándonos en los dispositivos que tenemos por casa. ¿Por qué? Para automatizar toda la casa necesitaremos que todos los elementos que funcionan con electricidad cuenten con un sensor que nos permita controlarlos. Para pasar nuestro hogar al IoT (Internet of Things o el internet de las cosas) tenemos dos grandes opciones:
Apostar por los electrodomésticos inteligentes
Aquí encontramos todo tipo de soluciones que van desde las ya clásicas Smart TVs hasta hornos o lavadoras pueden manejarse a distancia o neveras que permiten gestionar la compra de manera online.
Su gran ventaja es que cada una cuenta con opciones y funcionalidades únicas desarrolladas por cada fabricante, lo que nos otorga opciones fascinantes. La gran desventaja es su precio, ya que los electrodomésticos inteligentes son más caros que uno sin este tipo de funcionalidades.
En números:
Horno tradicional vs Horno inteligente: desde 250€ vs desde 500€
Lavadora tradicional vs lavadora inteligente: desde 200€ vs desde 550€
Adaptadores, la opción más económica para automatizar tu hogar
Los adaptadores nos permiten dotar de conectividad a electrodomésticos convencionales y, en general, todo aquello que conectemos a la red eléctrica. Aquí se encuentran los enchufes y portalámparas inteligentes, así como opciones como Google Chromecast, que permite convertir una antigua pantalla plana en una Smart TV.
Los principales motivos para decantarse por esta opción son el precio y la eficiencia. Por un lado, este tipo de soluciones son mucho más baratas que comprar un electrodoméstico inteligente y, por otro lado, nos permiten sacar el máximo partido a electrodomésticos antiguos que siguen funcionando perfectamente. En contrapartida, las funcionalidades que ofrecen estos aparatos son comparativamente peores que las de los modelos smart, limitándose la mayoría de veces a encendidos y apagados remotos y posibilidad de programarlos.
En números:
Enchufe inteligente: desde 2€
Portalámparas inteligente: desde 15€
Nuestro consejo: pásate a la domótica invirtiendo con cabeza
A diario vemos anuncios de nuevos modelos con funcionalidades de lo más atractivas, pero no caigas en la trampa de gastar el dinero si no lo necesitas realmente.
Nuestro consejo es que si todos tus electrodomésticos funcionan bien empieces por los adaptadores y que te vayas renovando con modelos smart cuando los que tienes terminen su ciclo de vida. Aunque puedan consumir un poquito más, lo creas o no, a la larga es más eficiente hacer esto que gastar el dinero en uno nuevo. Además, esta forma de proceder nos ayudará a cuidar de nuestras finanzas y a realizar una compra más lógica cuando llegue el momento.
💡¡La luz! Esta es, quizá, la única excepción. Si comparamos precios, vale aproximadamente lo mismo un portalámparas inteligente que una bombilla smart. Así que, a no ser que cuentes con algún tipo de bombilla especial o decorativa que no quieras/puedas sustituir, la opción más sensata es invertir directamente en las bombillas ya que por el mismo precio ofrecen muchas más opciones a la hora de crear ambiente o controlar su consumo.
Los 3 tipos de sistemas domóticos para el hogar
Con los conceptos básicos claros, es hora de ponernos técnicos, aunque solo un poquito. Para convertir una casa en verdaderamente inteligente es necesario contar con un sistema domótico que canalice toda la actividad. Todos sirven para lo mismo, conectar los diferentes elementos de la casa a un o varios puntos de acceso, pero el lenguaje que utilizan para hacerlo son diferentes, lo que dota a cada sistema de características únicas que conviene conocer.
Sistemas domóticos por cableado, la opción más completa
Como su propio nombre indica, este tipo de configuraciones exigen de la instalación de cables que ayuden a conectar los diferentes elementos y espacios de la vivienda. Cuenta con muchas variantes en función del tipo de cable que se utilice, aunque el más habitual es el conocido como BUS debido a su bajo coste y durabilidad.
Las ventajas del cableado en una casa inteligente
Más allá del beneficio estético de tenerlo todo libre de cables, este tipo de instalaciones son muy seguras y estables. Destacan por su alta eficiencia ya que, al contar con un circuito propio para la domótica, la calidad de señal siempre es óptima, eliminando molestas interferencias y posibles sobrecargas.
Otro de los grandes motivos para apostar por el cableado es que no necesita de internet o Wi-Fi para funcionar, ya que el propio sistema crea una intranet que permite que todo funcione de manera autónoma. Si decides apostar por este tipo de instalación y necesitas un pequeño empujón, pueden serte útiles opciones como los préstamos personales, que permiten obtener de manera fácil un dinero extra sin comisiones de apertura y cómodas cuotas mensuales.
El gran pero de un hogar inteligente mediante el cableado
Como ya habrás imaginado, el mayor inconveniente de este método es su instalación. Cablear toda la casa significa obras, con todo lo que estas traen consigo. Ruido, polvo…y gastos. De hecho, es el método más caro de implementar. Así que lo más recomendable es contemplar el cableado cuando estás construyendo tu vivienda o al llevar a cabo una reforma con el fin de reducir lo máximo posible costes y dolores de cabeza.
Sistemas inalámbricos, la opción más sencilla
Conectar toda casa no solo es tarea de los cables. Las soluciones inalámbricas son una excelente alternativa debido a su fácil implementación. Entre los sistemas más utilizados de esta categoría se encuentra Zigbee, una tecnología basada en nodos que permite crear redes de malla que enlacen, de forma sencilla, con todo tipo de dispositivos.
Los puntos fuertes de los sistemas domóticos inalámbricos
La primera baza de este tipo de sistemas es que son muy fáciles y rápidos de instalar. Al no disponer de cables, en muchos casos pueden ponerse en marcha sin la necesidad de un técnico especializado. Esto hace que sean también una opción mucho más económica, lo que ha hecho que sea un sistema muy demandado.
Por otro lado, y al igual que pasa con el cableado, los sistemas domóticos inalámbricos permiten crear una red propia que funcione al margen de internet, aunque necesitaremos un acceso si queremos controlar la casa de manera remota.
La gran desventaja de la domótica inalámbrica
Al funcionar sin cables, las conexiones inalámbricas son mucho más propensas a sufrir interferencias. Y aunque es algo que los fabricantes están tratando de solventar en sus nuevos modelos, es algo que debemos tener en cuenta.
Sistemas Wi-Fi, la opción más popular
A estas alturas, poco podemos contar de las ventajas del Wi-Fi en casa que no se haya dicho ya. Este tipo de opción es la más utilizada debido a su simpleza y, guste o no, el resto de instalaciones suelen basarse en ella para amplificar sus funcionalidades cuando estamos fuera de casa.
Lo mejor de contar con una instalación domótica mediante Wi-Fi
Este método es tremendamente accesible ya que… ¿quién no tiene internet en casa? Con solo el módem podemos conectar cualquier dispositivo y disfrutar de todo tipo de funcionalidades. Ampliar el radio de acción también resulta barato gracias a las diferentes opciones de amplificación de Wi-Fi que existen en el mercado.
Y por si la nula inversión fuera poco, las ventajas que ofrece internet y la posibilidad de controlar nuestro hogar desde cualquier lugar hacen que los sistemas Wi-Fi sean siempre un fijo en los hogares inteligentes, independientemente de que se cuente con cableado o redes inalámbricas.
Lo no tan bueno de usar las redes Wi-Fi para domotizar la vivienda
El primer punto a tener en cuenta es que la domótica por Wi-Fi actual exige que cada dispositivo o electrodoméstico se conecte a la red de forma individual. Esto, a efectos prácticos, significa que además de móviles, ordenadores, tablets, smart TVs o videoconsolas, tu router también deberá gestionar las peticiones de todo tipo de electrodomésticos o adaptadores inteligentes. Esta sobrepoblación de dispositivos en una misma red puede causar problemas de conexión e interferencias.
La segunda (y más obvia) es que si se cae internet la vivienda pasará, de golpe, del siglo XXI al siglo XX. Algo especialmente dramático si tienes rutinas programadas como el encendido y apagado de luces o la puesta en marcha de una lavadora.
Por último, debemos mencionar el montón de apps diferentes que vas a necesitar para controlar todos y cada uno de los elementos de casa. En la actualidad, la gran mayoría de elementos smart cuentan con su propia app o software, lo que acaba generando un poco de caos a la hora de gestionar cada cosa, sin olvidar el montón de espacio que ocupan en nuestro smartphone y la cantidad de registros que exigen. Por suerte, las grandes compañías como Amazon, Google, Apple y Samsung están trabajando en protocolos abiertos con el fin de unificar el uso del IoT en un futuro cada vez más próximo.
Sigue descubriendo más información práctica, consejos y trucos de cómo sacarle todo el partido a tu hogar gracias a la domótica con artículos como la guía completa de iluminación inteligente o cómo ahorrar en la climatización de tu casa.