Un NFT es un cripto activo o un derecho sobre un bien digitalizado, normalmente una imagen o un vídeo. En ese sentido se parecen más a los bienes de coleccionismo o a los objetos artísticos de las criptomonedas. Pero algunos ponen en duda que estas obras de arte u objetos de colección sean necesariamente una inversión.
Un token es parecido a la ficha que se utiliza en un juego online, en un casino real o a los billetes de un Monopoly, pero son digitales. Serían criptomonedas, pero no tendrían como objetivo un uso amplio y global como un bitcoin, sino limitado.
Además, un NFT sería un activo único, exclusivo y limitado frente a los millones de bitcoin o de otras monedas que puede haber en el mercado.
NFT o token y el concepto de ‘tokenizar’ un activo
Por ese motivo se han utilizado para ‘tokenizar’ activos o digitalizar y poner en valor activos intangibles como pueden ser obras de arte digital. Mediante los NFT se autentifica la propiedad y la autenticidad de un bien digital en la cadena de bloques, que prueba su veracidad, validez, autoría y propiedad actual.
De esta manera, cualquier creador digital puede poner a la venta sus creaciones, pues casi cualquier cosa puede ‘tokenizarse’ o convertirse en NFT. Cuanto más limitado sea el número de activos, más valor puede alcanzar en el mercado.
De hecho, hay empresas que te explican cómo poner el mercado tus creaciones digitales (opensea.io) y otras que, a través de la inteligencia artificial, te permiten invertir en los NFT o en creaciones que pueden ser objeto de interés por parte de coleccionistas.
Algunos datos sobre los NFT
Según la web especializada nonfungible.com, entre 2019 y 2020 el mercado de la creación de tokens habría crecido un 1.000%.
Su informe anual sobre el sector indica que hay cerca de dos millones de carteras activas con NFT y que el mercado supone ya cerca de 15.000 millones de dólares. Pero que el sector de los coleccionables (tokens) está perdiendo fuerza con respecto al Metaverso y los juegos online (blockchain gaming).
La pandemia y los confinamientos que provocó en 2020 impulsó a muchos artistas hacia los NFT, pues les permitía una fuente de ingresos a través de la creación y venta de sus obras en el mundo digital. También estimuló la creatividad de algunas empresas propietarias de derechos para conseguir nuevas fuentes de ingresos.
Aplicaciones de los NFT
Fue el caso de la liga de baloncesto profesional estadounidense NBA, que empezó a vender NFT de vídeos digitales con las mejores jugadas de sus estrellas. Son como los antiguos cromos, pero en formato vídeo y en edición limitada. En NBATopshot puedes adquirir estos NFT desde los dos dólares.
Por lo tanto, el impulso a los NFT procede en estos momentos de cuatro posibles utilizaciones:
- La posibilidad de crear obras digitales exclusivas y limitadas,
- La posibilidad de crear merchandising a partir de los derechos que se tienen sobre propiedades intelectuales,
- La posibilidad de proteger activos de propiedad intelectual como logotipos, nombres o productos mediante la inserción de un sello NFT sobre ellos.
- La posibilidad de utilizarlos como moneda para juegos online o para compras en el metaverso.
Otro ejemplo curioso es la compra de avatars o dibujos procedentes de colecciones de edición limitada,como los de la colección Bored Ape Yacht Club (BAYC). Uno de estos diseños fue comprado por el jugador de la NBA Stephen Curry por unos 50 ethereum en 2021 (unos 180.000 dólares en ese momento) quien lo puso como avatar en su cuenta de Twitter. Otros jugadores como Tyrese Halliburton habrían impreso su avatar de la colección Bored Ape Yacht Club en una de sus zapatillas, un modelo de Nike, la marca que le calza.
La tecnología detrás de un NFT
Desde un punto de vista técnico, el NFT es de quien detente la propiedad del token o el enlace o código que da acceso al archivo ‘tokenizado’. En esto es en lo que se parecen los NFT y las criptomonedas.
La principal cadena de bloques o blockchain que se utiliza para tokenizar activos es Ethereum, pues es modificable.
Propiedad intelectual de un NFT
En realidad, no existe todavía una legislación concreta sobre los NFT. Pero como se considera que los NFT son propiedad intelectual se les aplica la normativa que protege la obra artística e intelectual no digital.
Esto implica que un token o NFT tendría en España la consideración de un logotipo, un cuadro o una canción, siempre y cuando quede recogido en el Registro de la Propiedad Intelectual como cualquier otro bien.
Su digitalización mediante la tecnología blockchain convierte al NFT en una obra de arte única, real, original y cuya propiedad ha podido cambiar de manos, pero su autoría es de una persona concreta.
Problemas de los NFT
Además del problema evidente de que hay que registrar la creación de alguna manera antes de ponerlo en el mercado, está el de la custodia del bien ‘tokenizado’. Y para quien tenga dudas sobre el consumo de electricidad que provocan las cadenas de bloques, un NFT supone un elevado consumo, pues se registra cada movimiento del activo en la cadena de bloques.
En conclusión, los NFT son activos intangibles que funcionan como una criptomoneda, pero que dan derecho a su propietario al uso y disfrute del mismo. Su exclusividad y escasez los convierte en algunos casos en objetos de culto y, por lo tanto, en inversiones similares a las del mundo de arte físico.