Parece ser que las normas para una mejor conducción o para evitar los contagios por la Covid-19 se perciben más como una imposición que como una medida de protección. Así, los conductores españoles priorizan el beneficio inmediato, obvian el riesgo potencial del accidente o contagio y se consideran capaces de controlarlo.
De ahí, los accidentes de tráfico y los contagios: hacemos una valoración errónea del riesgo que conllevan las infracciones que cometemos.
¿No te lo crees? Sigue leyendo, que te contamos cómo es verdad que solemos saltarnos algunas normas. Esto es un resumen de las conclusiones del 11º Barómetro de la Conducción Responsable realizado por IPSOS para la Fundación VINCI Autoroutes.
Nos saltamos algunas normas de tráfico y sanitarias
- Casi siete de cada diez conductores españoles reconocen incumplir las normas de tráfico y las normas sanitarias (69% las primeras y un 77% las segundas). Las principales normas sanitarias son la mascarilla, la distancia de seguridad, los confinamientos y el toque de queda).
- Casi la mitad de los españoles (47%) que cumplen las normas sanitarias lo hacen para proteger a los demás como primera motivación, pero solo uno de cada cuatro (25%) cumple las normas de tráfico con esa misma motivación.
Consideramos que las normas no siempre se adecúan a la situación o son coherentes (45% pensamos así de las de tráfico y 39% de las de sanidad) y por ese motivo nos las saltamos.
En el caso español, estamos convencidos de que muchas normas solo persiguen imponer sanciones (36%) aunque no tanto de las medidas sanitarias (15%) y decimos que como tenemos mucho cuidado podemos permitirnos saltarnos alguna norma (55% de las sanitarias y un 29% de las de tráfico).
El 47% de los conductores españoles muestra una mayor preocupación en el ámbito sanitario (47%) que en la carretera (25%), sobre todo si se trata de su entorno más cercano (26% frente al 9%).
• Por último, el 83% de los conductores españoles que se toman libertades con respecto a las normas de tráfico, también lo hacen con respecto a las medidas sanitarias.
Cuando hablamos en concreto de las normas al volante:
El 84% supera los límites de velocidad, el 69% pasa con el semáforo en ámbar, el 53% olvida poner el intermitente, el 43% no se detiene en un stop, el 61% aparca en doble fila y el 7% admite conducir con más alcohol del debido sin notar sus efectos (8% en el caso de medicamentos y el 3% en el de estupefacientes).
Distracciones: Cada vez estamos más desconectados de la carretera
La mitad de los españoles (56%) consideran las distracciones una de las principales causas de accidentes. Sin embargo:
- Algo más de la mitad de los conductores españoles (53%) habla por teléfono mientras conduce mediante un sistema por bluetooth, uno de cada tres (32%) habla por teléfono con auriculares o cascos y uno de cada cinco (19%) habla por teléfono sin dispositivo de manos libres o envía SMS o correos mientras conduce.
- Casi uno de cada tres (29%) configura el GPS mientras conduce.
- Uno de cada siete (72%) aparta la mirada de la carretera más de dos segundos.
Por todos estos motivos, casi uno de cada diez (9%) ha sufrido o ha estado a punto de sufrir un accidente por utilizar el teléfono móvil al volante.
Conductas poco cívicas: el coche nos pone tensos
El 13% de los conductores españoles reconoce que se convierte en otra persona cuando está al volante, que se vuelve más nervioso, agresivo o impulsivo que en su vida cotidiana. Pero, es más, para el 35% de ellos, el coche les hace sentirse en su mundo y prestar menos atención a los demás, hasta el punto de decir que, en la carretera, cada cual va a lo suyo (6%).
Más de la mitad (52%) reconoce que a veces insulta a otros conductores, el 62% toca el claxon de forma indiscriminada a otros conductores, un 29% se pega deliberadamente al de delante para molestar al otro coche y un 41% adelanta por la derecha en la autopista.
Casi nueve de cada diez conductores españoles (92%) ha llegado a sentir miedo ante el comportamiento agresivo de otro conductor. Y es que uno de cada cinco (22%) no duda en salir del coche para discutir.
Sin embargo, agradecemos las muestras de civismo. A un 82% nos gusta que nos dejen pasar como un gesto de cortesía, a un 84% nos gusta que nos agradezcan esa misma acción con un gesto de cortesía y a un 81% nos agrada un gesto de disculpa cuando alguien comete con nosotros un error de conducción.
Somnolencia: el enemigo menos valorado del conductor
Los conductores españoles colocan la somnolencia solo como cuarto factor de riesgo en la conducción tras la velocidad, las distracciones y el alcohol o las drogas. Sin embargo:
- Más de uno de cada diez conductores españoles reconoce que ha sufrido o ha estado a punto de sufrir un accidente por adormecerse al volante (14%).
- Más de uno de cada cinco ha tenido la impresión de haberse quedado dormido unos segundos al volante.
- Al menos el 15% reconoce haber invadido alguna vez la zona de frenado de emergencia o el arcén en un momento de adormecimiento.
Pese a ello,
- Uno de cada tres conductores españoles (33%) no para a descansar cada dos horas a pesar de que el 73% de ellos dice conocer esta recomendación, porque es muy estricta y no es adecuada para ellos.
- Solo la mitad de los conductores españoles (52%) para durante el trayecto para echarse una siesta y solo el 68% cambian de conductor durante el trayecto.
- Uno de cada cuatro (24%) cree que se puede conducir estando cansado y el 35% lo hace efectivamente, aunque esté cansado.
Consejos para reducir los riesgos al volante
- Dormir toda la noche la víspera de la salida.
- Evitar salir de noche.
- Hacer pausas periódicamente a lo largo de todo el trayecto, como mínimo cada dos horas.
- Parar en un área en cuanto aparezcan los primeros signos de fatiga y echarse una breve siesta.
- Cambiar de conductor cada cierto tiempo.
- No utilizar ningún tipo de elemento de distracción mientras se conduce.
- Mantener la distancia de seguridad.
- Reducir la velocidad al acercarse a una zona de obras o a un accidente.
- Anticipar sus adelantamientos y respetar el corredor de seguridad al acercarse a un vehículo parado.
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