Emprender significa convertir una idea en realidad usando una serie de habilidades como visión, creatividad, persistencia y exposición al riesgo. Al final, todo se resume en empezar una nueva actividad, en el caso de un negocio con la intención de obtener un rendimiento económico.
Curiosamente, el número de nuevos negocios siempre crece en épocas de crisis, ya que en los momentos más difíciles es cuando los seres humanos desarrollan las ideas más innovadoras para el mercado.
Aunque el emprendimiento empresarial puede ser complicado al principio, puesto que no es fácil generar ingresos suficientes para cubrir los gastos en la primera etapa del negocio, este también tiene muchas ventajas como generar ingresos propios y empleo. Además, te permite ser tu propio jefe y controlar el tiempo que le dedicas al trabajo.
Si sigues estos consejos podrás superar esta primera etapa y establecerte en el mercado de forma exitosa. Estas indicaciones son parecidas a los que puedes encontrar en los libros de crecimiento personal que tanto éxito están teniendo en los últimos años y que han ayudado a emprendedores de todo el mundo.
1. Establece una cultura de trabajo
Si quieres comunicarte de forma adecuada con tus empleados, la cultura de trabajo es un valioso instrumento para tener éxito en tu empresa. Esta consiste en marcar las reglas de funcionamiento de tu empresa y la manera en que se llevan a cabo. En otras palabras, establece cómo funciona tu empresa y el modo en el que se relacionan los trabajadores dentro de ella.
Es importante tener una cultura del trabajo saludable cuando iniciamos un negocio propio. Existen muchas maneras de conseguirlo, por ejemplo, a través de dinámicas que ayudan a mantener unidos a tus empleados o de una caja de sugerencias en la que los trabajadores puedan expresar su opinión sobre la compañía. Aunque puedas pensar que estas ideas te llevarán mucho tiempo implementar estas ideas, lo agradecerás en el futuro.
2. Cuida a tus clientes
Los clientes suponen un pilar para cualquier empresa y, más que nunca en estos primeros años, deben cuidarse del modo adecuado. Contar con un buen servicio de atención al cliente debería ser una prioridad para cualquier empresa.
Lleva un seguimiento de tus clientes tanto antes como después de adquirir tus servicios. Para ello deberás mantener una conversación fluida con ellos, ya sea por correo electrónico, teléfono o a través de canales especializados de gestión de clientes. Si es necesario, organiza a un equipo que se dedique exclusivamente a esta labor.
Sé capaz de adaptarte a sus necesidades y anticípate a sus problemas. Si llevas esto a cabo podrás fidelizarlos y seguirán a tu lado durante más tiempo. Recuerda que, sin clientes, no podrás llevar a cabo tu proyecto y que un cliente satisfecho te recomendará y, por lo tanto, será la puerta a conseguir otros nuevos.
3. Identifica tus fortalezas y convierte tus debilidades en oportunidades
Conocer nuestras fortalezas y debilidades es muy importante a la hora de desarrollar un proyecto. Las fortalezas las constituyen nuestros rasgos positivos y nuestras capacidades y las debilidades son los rasgos negativos de nuestro proyecto, así como nuestra falta de capacidad para realizar algo. Si conocemos aquello que se nos da mejor, podemos utilizarlo a nuestro favor de diferentes formas.
Nuestras fortalezas siempre nos van a ayudar a vendernos de la manera adecuada ante posibles clientes o inversores y, también pueden emplearse para mejorar la visión que nuestros empleados tienen de nosotros.
Las debilidades también cumplen una gran misión en el desarrollo de nuestro negocio. Deben ser identificadas de forma clara y precisa y, gracias una estrategia adecuada, eliminarse posteriormente.
Una forma muy útil de analizar estos parámetros es a través del análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades). Esta herramienta te permitirá establecer una estrategia para tu negocio en función de sus características y el mercado en el que se mueva.
4. Sé honesto y acepta ayuda
La humildad y la honestidad son dos factores claves para tener éxito como empresario. Aunque seas el dueño del proyecto no debes pretender hacer todo solo y, tengas o no empleados, debes saber rodearte de la gente adecuada y ser capaz de comunicarte de forma efectiva con ellos.
Aunque seas el dueño de tu negocio esto no debe significar necesariamente que estés solo ante los problemas que van apareciendo en tu camino. Cuando tienes un negocio es muy importante saber delegar y contar con la ayuda necesaria para no verse sobrepasado por los obstáculos.
Es fundamental contar con un equipo en el que haya personas de confianza que puedan ayudarte a lidiar con los inconvenientes que van surgiendo en el día a día.
En el caso de ser un trabajador autónomo que no cuente con un equipo que le respalde, tampoco debes sentirte desamparado. Puedes contar con la ayuda de compañeros de tu mismo gremio, pertenecer a asociaciones profesionales o contar con un mentor que te indique los pasos a seguir para lograr tus objetivos.
No subestimes tampoco la ayuda que un asesor o contable profesional puede ofrecerte en tus primeros años, te dará mucha paz mental saber que no te vas a llevar ninguna sorpresa con los impuestos.
5. Separa lo laboral de lo personal
Ten siempre presente que la idea es trabajar para vivir y no vivir para trabajar. Cuando te sientes motivado ante la idea de emprender un nuevo negocio o proyecto, puedes caer en dejar de lado tu vida personal y dedicar más tiempo del necesario al trabajo.
La planificación es fundamental para evitar trabajar más de la cuenta, intenta tener una agenda con la que organizar tu tiempo y, sobre todo, márcate un horario de trabajo.
Está claro que cuando gestionas tu propio negocio eres tú el que tiene que hacer frente a los imprevistos y puedes acabar pasando más horas de las necesarias en determinados momentos. Sin embargo, tras estos picos de trabajo suelen llegar épocas más tranquilas con las que puedes compensar. No te sientas mal si un día tienes menos trabajo y decides descansar.
Otro punto importante, incluso si trabajas desde casa, es definir tu espacio de trabajo y no trabajar nunca fuera de él. Si sigues este consejo podrás desconectar de forma más sencilla en tus ratos libres.
El tiempo libre debe ser tiempo de calidad, realiza actividades que te hagan sentir una persona plena, de esa forma volverás mucho más motivado a tu rutina. En el caso de tener familia, aprovecha estas bajadas en la carga de trabajo para pasar más tiempo juntos.
6. Sé un líder (más que un jefe)
- Sé un buen comunicador: Para que tu equipo sea más productivo, se comprometa más con el proyecto y pueda trabajar más tiempo en la empresa es necesario que seas mucho más que un jefe. Para ello deberás ser muy buen comunicador, ya que este es un rasgo común que comparten los líderes.
- Transmite cuál es la misión de tu negocio: Es muy importante saber transmitir a las personas que trabajan contigo cuál es la misión de tu negocio y el motivo de que sea tan importante para ti. De esta manera, tus empleados confiarán en ti y te respetarán al mismo tiempo.
- Sé empático: Como en todo, la empatía es crucial para convertirse en un gran jefe que inspire a sus empleados y que pueda llegar a ser un gran líder para su equipo. No debes olvidar ser honesto con tus trabajadores y hacerles ver las cosas tal como son, sin caer en falsas promesas. También es fundamental ser claro con lo que esperas de ellos y velar por que las relaciones entre los miembros de tu equipo sean las adecuadas.
Merece la pena intentarlo
Emprender un negocio propio requiere mucha valentía y organización. Aunque el éxito de tu negocio va a depender de muchos factores, estos consejos te pueden ayudar a llevar mejor el principio de tu actividad.
Recuerda que pesar de que los comienzos pueden ser difíciles y que lleva cierto tiempo llegar a generar beneficios con tu actividad, ser tu propio jefe es muy enriquecedor.