Pocos sectores quedan, si queda alguno, que no esté intentando sacar partido de toda esa información que obtiene de sus clientes en el día a día. Se trata de segmentar a los clientes para conocerlos mejor, conocer sus deseos y motivaciones, sus gustos, y poder anticiparse a ellos, optimizar procesos y ahorrar dinero.
Es un poco lo que hacen en las grandes ligas deportivas. Estudiar al rival, en este caso, para poder adelantarse a su estrategia y salir victorioso. Hoy vamos a revisar el Small Data como alternativa del Big Data para las pymes.
Muchas empresas ya lo utilizan
Seguimos hablando todavía del Big Data, pero es evidente que se va implantando en las empresas de todo el mundo.
Según el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI) el 11 % de las empresas españolas y el 12 % de las europeas utilizaron técnicas de Big Data ya en 2018. Son datos de hace unos años, y muestra un porcentaje aún pequeño, pero ha seguido creciendo con fuerza, sobre todo durante y por la pandemia.
Han sido las grandes empresas las primeras en probar el Big Data. Tres de cada diez compañías españolas grandes (más de 250 empleados) usan Big Data, pero la cifra baja a una de cada diez si nos referimos a las pequeñas.
Esto es así porque el Big Data supone una importante inversión y no todas las empresas se pueden permitir sus costes. No obstante, se pueden aprovechar esos datos que recopilan las empresas sin desembolsar mucho dinero.
Si las grandes compañías utilizan el Big Data, las pymes pueden utilizar el Small Data, también conocido como marketing de bases de datos.
Small Data, menos datos, pero más útiles
El Small Data viene ser el hermano pequeño del Big Data y consiste en recopilar una cantidad más pequeña de datos de los clientes para que su análisis y gestión resulte más sencillo. Se trata de recoger pocos datos, pero muy útiles que permitan tomar mejores decisiones.
El Small Data gira en torno al hecho evidente de que también las pymes recogen información diariamente con todos los que interactúan con ella en redes sociales o que curiosean su página web.
Si todos esos datos se transforman en información práctica, resultan muy útiles. Y no hace falta gastarse mucho dinero para tomar mejores decisiones con el Small Data.
¿Por qué usar el Small Data?
No importa el tamaño de tu empresa; tu público interactúa con ella desde las redes sociales (likes, publicaciones que se comparten, interacciones, comentarios, etc.) o desde los datos de las operaciones cerradas (intereses, gustos, variaciones en los pedidos, etc.). Y son datos fáciles de conseguir.
Analizar todos esos datos recogidos ayuda a definir o identificar el consumidor real y el potencial, creando un perfil aproximado de quién es, qué busca, qué le motiva a comprar, etc.
Por lo tanto, se pueden crear experiencias personalizadas y dirigidas a los gustos y necesidades de ese perfil de cliente que hemos ido perfilando.
Esto, a su vez, amplía las probabilidades de cerrar las operaciones con éxito porque existe un menor margen de error y se genera un refuerzo o recuerdo positivo en el cliente. Además, permite adelantarse a las fechas en las que compran o en los productos que más buscan.
No menos importante, el Small Data permite identificar a los grandes clientes o a esos que pueden serlo y que por algún motivo que se nos escapa, no terminan de serlo. Saber quiénes son esos clientes de peso permite pensar en ellos y buscar la mejor manera de convencerlos.
Por último, pero no por ello menos importante, el análisis de ese Small Data mejora la rentabilidad de las campañas comerciales o publicitarias porque permite enfocar la inversión a los públicos adecuados.
¿Cómo implanto el Small Data en mi empresa?
El Small Data consiste en hacer marketing a partir de los datos que se recogen en una base de datos.
Por lo tanto, lo primero es:
- Crear una base de datos: se trata de recoger toda la información posible de los clientes, pero también de quienes han entrado en la página y no han realizado compra alguna. Esa base de datos ha de estar actualizada y hay que tener una cierta estrategia para conseguir los correos electrónicos y nombres de clientes interesados.
- Segmentar los datos: la información en bruto no nos aporta nada. Pero en la medida en la que la segmentemos, empezará a proporcionar datos útiles. Por ese motivo, es tan importante pensar en los datos que podemos obtener que nos resulten de utilidad. Cada empresa es un mundo, pero si recibimos muchas visitas y pocas operaciones es que algo pasa.
- Apostar por un CRM: una hoja Excel puede servir, pero se va a quedar corta muy pronto. Lo ideal es un CRM o gestor de bases de datos, un programa o aplicación que reúne todos los datos en una sola base de datos y facilita su análisis posterior. También suelen incluir funciones para automatizar tareas y gestionar directamente las campañas de captación y fidelización de los clientes.
- Herramientas de análisis: un gráfico permite ver muchos datos a la vez con perspectiva. De nuevo, un Excel funciona, pero se queda corto. Y hay herramientas específicas para la analítica web o recoger datos de quienes entran en la web y no realizan operaciones.
Algunas herramientas de utilidad que te puedes plantear son Google Data Studio (gratuita) para representar la información compleja de una base de datos de forma gráfica y sencilla (no precisa conocimientos de programación).
O Google Analytics (también gratuita) que muestra toda la información relativa a una página web y, especialmente, de dónde viene el tráfico para poder realizar informes sobre qué hacen los usuarios y de qué formas obtenemos más visitas.
En resumen, el Big Data es -por muchos motivos- algo fuera del alcance de una pyme, pero por eso se creó el Small Data. Igual que un tendero conoce muchos datos personales de sus clientes más habituales que le visitan, un empresario puede conocer muchos datos de los suyos a través del estudio de la huella digital que dejan en su web, tanto si cierran operaciones como si no.
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