Además, como se trata de un gasto importante, las reformas nunca nos vienen bien. Pese a ello, muchas veces llega un momento en el que las obras en casa son inaplazables.
Hoy vamos a recordarte algunos aspectos que pueden permitirte ahorrar en la reforma de tu casa. En primer lugar, debes entender que una reforma entra en las partidas que deberían estar cubiertas por el fondo de emergencias o por un fondo dedicado exclusivamente a ellas. Todo depende de si es una reforma inesperada y forzosa o si se trata de una reforma planificada y decidida.
Si se trata de este segundo caso, puedes tener ya un dinero preparado para esta reforma, o una línea de crédito abierta para cuando decidas acometerla. Para obras pequeñas y en una situación de finanzas familiares saneadas, un crédito es una alternativa razonable que te permitirá no retrasar más una reforma necesaria.
Para empezar por el principio, lo más importante para no dar palos de ciego es tener clara la idea de qué necesitas o quieres reformar. Así, podrás recurrir al asesoramiento profesional y valorar si lo que pretendes es o no posible y el importe que te podría suponer.
Posteriormente, es muy importante que aprendas a leer un presupuesto, tal y como harías con un producto financiero. Pregunta lo que no entiendes y pide concreción en todas aquellas partidas que te resulten demasiado genéricas, como el gasto en materiales o la duración de las obras. No te quedes con dudas antes de aceptar el presupuesto. Siempre habrá incertidumbres porque nunca se sabe la situación real de algunas cosas hasta que no se inicia la obra (cañerías, por ejemplo) pero procura que te expliquen bien los pros y los contras.
Por último, ten cuidado con algunas partidas delicadas. Lo que más encarece las reformas son las improvisaciones. Procura que los materiales estén y no empieces hasta que no los tengas. Luego, los materiales acordados no llegan y hay que buscar alternativas que pueden alterar el precio, el resultado final o la duración de las obras.
1. Ponte en manos de un buen profesional
No, no nos referimos a una buena firma de reformas si con eso entendemos sólo al equipo de profesionales que la ejecutará. Si la reforma es seria, lo primero que debes hacer es buscarte el asesoramiento profesional de un diseñador, de un interiorista o de un aparejador. De hecho, este experto en obras podrá elegir un equipo de trabajo de su confianza, además de aportarte unos conocimientos de diseño más avanzados.
Sin desmerecer el trabajo de los demás, una reforma debes consultarla con un experto en arquitectura. Los estudios que le respaldan son un aval que garantiza sus opiniones. Un albañil puede tener mucha experiencia, pero sólo ejecuta lo que le dicen. Para ciertas reformas es mejor un experto de otro tipo.
Tienes que transmitir tu idea con claridad y dejar que te razone si es o no posible, o si es o no la mejor solución para tus necesidades. Hay muchas cosas que a ti se te escapan, como pueden ser los muros de carga, las humedades, los refuerzos en paredes, etc. que pueden obligarte a desechar tu idea inicial.
También, una vez que entienda tus deseos o necesidades, el profesional puede aportar sus conocimientos para mejorar u optimizar los recursos dentro de tu presupuesto. Puedes pensar que contratar directamente al equipo de reformas puede resultar más económico, pero si la reforma es importante, contratar al interiorista es una inversión que te permitirá ahorrar con gastos posteriores que no esperas.
Piensa, simplemente, en que estos profesionales de las reformas te pueden mostrar una simulación de acabados en tres dimensiones en un ordenador para que valores las distintas propuestas antes de entrar en harina.
2. Intenta ser realista
Si has contratado a un profesional para que te asesore, el presupuesto es clave. Te pueden realizar muchas propuestas distintas, pero si tu presupuesto tiene un límite se irán ajustando al mismo. Lo mismo ocurre con los plazos. En la medida en que dispongan del objetivo de la reforma podrán darte un plazo más concreto para tu obra. Ten en cuenta que hay reformas que deben ser consultadas en planos de la finca o al ayuntamiento y que eso lleva un tiempo.
Por otro lado, cuando ya sepas claramente lo que puedes y lo que no puedes hacer y una idea aproximada de lo que te puede costar y del tiempo que pueden tardar en hacerlo, es la hora de pedir presupuestos. El consejo es solicitar entre dos y tres presupuestos; sobre todo si la reforma es de cierta relevancia.
3. No te quedes con dudas sobre el presupuesto
No deberías aceptar un presupuesto de reformas si no tienes claro lo que estás firmando. El presupuesto debe estar desglosado y calculado en base a lo que acordaste. Si los materiales o las marcas están claras, deben aparecer allí. Evita eso de ‘o similar’ para que no haya lugar a las sorpresas, y asegúrate de que la obra no termina hasta que todo esté funcionando y a tu gusto.
Si recurriste a un profesional para el diseño de tu reforma, puedes pedir su opinión también sobre los presupuestos para elegir el más serio de los que tengas, en el sentido de que recoge mejor tus peticiones, tu presupuesto y tus plazos de entrega. Por resumir un poco, cuanto más concreto sea el presupuesto, mejor.
En este sentido, cuidado con los gastos por desmontar muebles o material anterior y por la retirada de escombros. En algunas localidades es complicado retirar escombros y puede resultar muy caro. Procura que ambas partidas estén incluidas en tu presupuesto.
4. Controla tus peticiones
En algunos casos, resulta que el grifo o los azulejos que deseabas y tenías en presupuesto ya no están en catálogo, o están agotados. A veces es verdad, a veces, no tanto. Para ajustarse a tu presupuesto muchas veces van tan al límite que no pueden permitirse comprar lo que acordaron a otro proveedor distinto porque pierden margen. Bien, ese no es tu problema. Lo pactado tiene que cumplirse.
Por otro lado, parte del salario del experto que contratas es para que haga un seguimiento de la reforma, desde el presupuesto, las calidades o los plazos. Pero también para que se asegure de que las obras mejoran tu vivienda y la revalorizan, como podría ser con los consumos de energía, y para que se cumplan tus peticiones por muy incómodas que puedan hacerse.
Con estos breves consejos, la reforma de tu casa te resultará menos penosa y más económica, además de que te asegurarás de que los cambios mejoran tu vivienda y la revalorizan, tanto en precio como en eficiencia energética.