Que el global de la ciudadanía española tiene necesidad por una vivienda no es nada nuevo. Y es que, tal y como confirmó el último barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), es el principal problema al que se enfrenta la población. Un tema, todo sea dicho, complicado de solucionar. Y es que la cada vez mayor demanda topa con una oferta muy limitada, lo que inevitablemente empuja los precios de la vivienda al alza.
¿Por qué se ha dado este encarecimiento de las reformas?
Este escenario, el de falta de obra nueva, ha hecho que la vivienda reformada tome fuerza. Algo así como lo que pasó con los coches de segunda mano a mediados del 2022. De hecho, la anterior legislatura del Gobierno ya vió a la rehabilitación como una alternativa viable para recuperar todas aquellos habitajes que no podían ponerse en el mercado, un fenómeno que podría distensionar y mucho la situación que viven los centros de las grandes ciudades españolas. De hecho, se propusieron unas Ayudas Públicas para reformas con el fin de incentivar este movimiento, aunque debemos decir que mucha gente ha experimentado problemas al recibirlas.
Sea como fuere, las reformas se convirtieron en tendencia, pero no en la esperada. Tal y como apunta el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), anualmente se rehabilitan unas 37.000 viviendas en España. Pueden parecer muchas, pero se quedan muy lejos de los objetivos marcados por la Unión Europea y que se situaban en las 350.000 viviendas reformadas al año. De hecho, en la actualidad, España cuenta con uno de los parques de vivienda más antiguos del Viejo Continente. Tenemos deberes pendientes.
¿Por qué se ha dado este encarecimiento de las reformas?
Este escenario, el de falta de obra nueva, ha hecho que la vivienda reformada tome fuerza. Algo así como lo que pasó con los coches de segunda mano a mediados del 2022. De hecho, la anterior legislatura del Gobierno ya vió a la rehabilitación como una alternativa viable para recuperar todas aquellos habitajes que no podían ponerse en el mercado, un fenómeno que podría distensionar y mucho la situación que viven los centros de las grandes ciudades españolas. De hecho, se propusieron unas Ayudas Públicas para reformas con el fin de incentivar este movimiento, aunque debemos decir que mucha gente ha experimentado problemas al recibirlas.
Sea como fuere, las reformas se convirtieron en tendencia, pero no en la esperada. Tal y como apunta el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), anualmente se rehabilitan unas 37.000 viviendas en España. Pueden parecer muchas, pero se quedan muy lejos de los objetivos marcados por la Unión Europea y que se situaban en las 350.000 viviendas reformadas al año. De hecho, en la actualidad, España cuenta con uno de los parques de vivienda más antiguos del Viejo Continente. Tenemos deberes pendientes.
La subida de las reformas, en números
Por el motivo que sea, los últimos datos oficiales que tenemos sobre las reformas en España datan del 2022. Un desfase importante que no nos permite ver con total claridad cuál es el escenario en el que vivimos. Sin embargo, lo que sí que tenemos es la opinión de grandes empresas del sector inmobiliario y lo que dicen no es del todo positivo.
Según estos expertos, en solo cinco años (es decir, desde 2020) el coste total de una reforma ha subido, de media, un 50 % su precio. Un aumento que, tal y como señalan los especialistas en construcción, es prácticamente generalizado. Y es que el coste de reforma por metro cuadrado de un piso estándar ha pasado de 500 € a 750 €, mientras que en una vivienda premium el salto ha sido de 750 € a 950 €.
¿Vale realmente la pena afrontar el encarecimiento de las reformas?
Llegamos a la pregunta del millón. Y la respuesta es que depende de nuestra situación y, sobre todo, nuestros planes con la vivienda. Aquí existen tres escenarios:
Reformar la vivienda habitual
Si lo que buscamos es mejorar nuestro propio hogar, la respuesta a si vale la pena hacer frente al encarecimiento de las reformas dependerá única y exclusivamente a nuestra situación financiera. Es importante tener en cuenta que aunque la reforma pueda aumentar potencialmente el precio de la vivienda, nuestra intención principal no es venderla, sino residir en ella. Por tanto, la inversión es puramente para mejorar nuestro bienestar.
Dicho esto, para decidir bien conviene ponderar si es el momento adecuado para hacer la reforma. ¿Tenemos el dinero suficiente para afrontarla o necesito solicitar un préstamo? ¿Hay algún crédito pendiente de pago que debamos tener en cuenta antes de destinar el dinero a la reforma? Es bueno hacerse todo este tipo de preguntas para decidir si es o no el momento adecuado.
¿Qué pasa si no lo es? Primero de todo, no te preocupes: existen mil factores que pueden decantar la respuesta hacia el no. Simplemente míralo por el lado positivo: tener más tiempo te permite planificar mejor, buscar mejores precios, estar pendiente de ofertas y bajadas de precios o estudiar soluciones alternativas. ¡Ah! Y mientras tanto, te recomendamos que eches un ojo a nuestro artículo con consejos para ahorrar en la reforma de casa.
Reformar la vivienda para vender
En este caso sí que es mucho más recomendable asumir los actuales sobrecostes que implica una reforma. Tal y como indican los expertos se puede obtener una rentabilidad de entre el 12 % y el 14 %, lo cual es un buen pellizco.
Veámoslo con un ejemplo: una vivienda de 80 metros cuadrados a reformar tiene un valor de ejemplo de 200.000 € y se invierten 50.000 € en reformarla, lo que puede llegar a disparar su precio de venta hasta los 300.000 €. A estos 50.000 € de diferencia habríamos de restarle los gastos de compraventa, pero sigue siendo un buen dinero.
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“El coste de una reforma debería oscilar entre el 15 % y el 20 % del valor del inmueble”
Los expertos apuntan que el coste de una reforma integral debería oscilar entre el 15 % y el 20 % del valor del habitaje. Eso sí, si la afrontamos con el objetivo de vender más cara la vivienda hay una máxima que no podemos olvidar: se tiene que ir a por todas y no se puede dejar a medias. Y es que no tiene sentido, por ejemplo, cambiar el suelo y las puertas, pero no renovar unas instalaciones con más de 30 años, ya que devalúan el valor de la vivienda y dan alas a los posibles compradores a la hora de negociar el precio. Afrontar o no la reforma también dependerá de las prisas que tengamos en vender. Si necesitamos liquidez rápidamente (como puede ser el caso de una herencia) lo mejor es no invertir.
Lo más habitual es que el coste de este tipo de reformas se dispare, ya que deben incluir todas las áreas de la vivienda sensibles de mejora. Los expertos inmobiliarios indican que únicamente si la vivienda tiene entre 10 y 15 años y no dispone de ningún desperfecto importante se podría realizar una pequeña reforma a modo de lavado de cara para multiplicar el valor del activo.
Las 4 principales ventajas de reformar antes de la venta
· Revaloriza la vivienda
· Destaca y se diferencia de otras alternativas
· Acelera el proceso de venta
· Se obtiene una buena rentabilidad tras su venta
· Los usuarios prefieren pagar un poco más por una vivienda y ahorrarse la reforma
Por contra, tenemos dos factores claves: el tiempo y el dinero. Acerca del primero sobra decir que las prisas no son buenas ni para afrontar una reforma ni mucho menos para vender. El segundo es el capital que necesitamos para afrontar la reforma. Como hemos visto, puede ser que el precio de la reforma sea alto. ¿Qué hacer en estos casos? Lo más recomendable es decantarse por un préstamo para reformas, el cual te permitirá abarcar la renovación en el momento adecuado y podrás devolverlo poco a poco.
Por si aún te lo preguntas, la respuesta es sí, todavía sigue saliendo rentable reformar el piso para venderlo a pesar del encarecimiento de las reformas. Para empezar debes tener en cuenta que una vivienda rehabilitada se vende en casi la mitad de tiempo que una original. Esta reducción suele compensar el periodo que dure la reforma, que suele oscilar entre los dos o tres meses en caso de las viviendas normales y entre cuatro y seis en las grandes.
Reformar para alquilar
La última opción es reformar una vivienda para posteriormente alquilarla. En este caso, tal y como indican los especialistas en el sector, la rentabilidad es menor que la obtenida en el caso de la venta.
Cuidado, si la vivienda no está en condiciones sí que será muy recomendable reformarla con el fin de poder darle salida lo más rápido posible al mejor precio. Sin embargo, si el piso ya es habitable, una reforma integral no tiene sentido financieramente hablando, ya que de entrada estará un mínimo de tres meses vacía durante la obra. Además, no se garantiza la posibilidad de poder cobrar una mayor renta, ya que el mercado de alquiler es más cortoplacista que el de la venta y la demanda busca cosas diferentes. En este contexto lo más recomendable es ajustarse el cinturón para rehabilitar lo esencial, dar un lavado de cara y poner el inmueble a generar ingresos pasivos.
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