No obstante, hay quienes han cambiado de trabajo a lo largo de su vida laboral y han convivido con distinto número de pagas. También es cierto que alguna empresa deja al trabajador la posibilidad de elegir. En ese caso, la decisión es importante y el trabajador debe pensar bien qué opción le conviene más.
Eso sí, este dilema sólo se produce en España, pues otros países tienen la costumbre de pagar el salario de forma semanal o quincenal. Y lo más habitual es tener 14 pagas, una al mes más dos pagas extraordinarias que coinciden con los periodos vacacionales de estío (julio) y Navidad (diciembre) para ayudarnos en los dos periodos en los que el consumo puede verse elevado.
La paga número 15 se suele cobrar en el primer trimestre del año (marzo o abril) y suele estar ligada a los resultados. Por eso se la conoce como paga de beneficios y es importante conocer sus condiciones particulares.
Lo importante de verdad es el salario bruto anual
En cualquier caso, lo importante ante una oferta laboral no es el número de pagas en el que se va a distribuir el dinero, sino el salario bruto anual a percibir. Lo otro, percibir 12, 14 o 15 pagas, no importa, pues siempre cobrarás lo mismo.
Como ejemplo, un licenciado o graduado, soltero, sin hijos y con un salario bruto anual de 50.000 euros cobraría 2.964 euros brutos mensuales en 12 pagas; 2.502 euros brutos mensuales en doce pagas y dos pagas extra de 2.771 euros; o 2.317 euros mensuales en doce pagas y tres pagas extraordinarias de 2.586 euros. El total neto no cambiaría y serían 35.565 euros anuales en todos los casos.
Pero, cuando cobro en 14 o 15 pagas no cobro el mismo importe todas las veces… Cierto, los importes no coinciden porque en las dos o tres pagas extra no se descuenta la Seguridad Social, pues la cotización a la misma es de doce meses. Sin embargo, la retención fiscal (Hacienda) sí se hace en función del número de pagas. De ahí que las pagas extras sean siempre un poco más elevadas que las pagas mensuales.
Por otro lado, la distribución de las pagas no influye en la declaración de la Renta (IRPF) anual ni en la jubilación u otras prestaciones que dependan de la Seguridad Social.
Es una cuestión de percepción de los ingresos
Entonces, ¿en qué cambia la economía familiar el número de pagas? Pues todo es una cuestión de cómo se adapta cada familia o trabajador al número de nóminas o al importe neto que se ingresa cada mes. Digamos que, al final, todo depende de las preferencias personales para gestionar el ahorro y las finanzas familiares.
A grandes rasgos:
- Si percibes 12 pagas ingresas más cada mes.
- Si percibes 14 pagas, que es lo más normal, cobras un poco menos en cada nómina, pero cuentas con dos ayudas en los meses de diciembre y julio que puedes utilizar para tapar agujeros o gastos extra. Es como si la empresa ahorrase por ti un cierto importe cada seis meses.
- Si percibes 15 pagas tu nómina es aún más baja, pero cuentas con la ventaja de tener no dos, sino tres pagas adicionales que pueden ayudarte a equilibrar la economía familiar o darte algún capricho.
Ventajas e inconvenientes de recibir 12 o 14 pagas
Los que prefieren las 12 pagas explican que así pueden tener su dinero antes y administrarse a su manera, mientras que los que reciben 14 pagas señalan que se administran igual durante doce meses aunque tengan menos ingresos, pero saben que cuentan con dos ingresos extra en dos momentos del año en los que pueden ser necesarias para gastos extraordinarios.
Sin embargo, desde un punto de vista más financiero no es tanto un debate psicológico o una percepción de la familia como una realidad administrativa distinta.
La ventaja de tener el dinero antes y no esperar seis meses para tenerlo todo se ajusta bien a la filosofía de quien confía en su capacidad de gestión. Por ejemplo, tener el dinero te permite ahorrar la cantidad que precises sin esperar seis meses a que te la den y puedes poner ese dinero a trabajar.
En ambas alternativas siempre hablamos de unos ingresos estables y predecibles, pero quienes se acostumbran a vivir con menos (14 pagas) siempre saben que cuentan con un extra real de un importe determinado. En cierto modo, la percepción es la de tener un ingreso extra equiparable a un ahorro (si se es capaz de vivir sin estrecheces con las doce pagas).
Otra ventaja de cobrar en doce pagas es la percepción de tener un mayor poder adquisitivo. Ya hemos dicho que percibir que cobras más no supone cobrar más, pero cada familia o cada trabajador lo interpreta como quiere.
En resumen, para quienes se organicen mejor sin ayuda puede ser mejor alternativa cobrar 12 pagas, mientras para quienes necesiten que alguien ahorre por ellos, es mejor tener 14 pagas. Eso sí, también es posible tener 14 pagas y tenerlas gastadas antes de recibirlas.
Por lo tanto, todo es una cuestión de gustos o de organización. No obstante, como el trabajador no decide, quienes hayan tenido temporadas de 12 pagas y temporadas de 14 pagas sabrán con cuál se apañan mejor. Los demás, los que solo han tenido las habituales 14 pagas, han tenido que aprender a administrarse por su cuenta.
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