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Consumo responsable en tus compras

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Consumo responsable en tus compras | ViveMásVidas

Nuestro día a día va ligado casi inevitablemente a un consumo constante de recursos, tanto energéticos -agua, luz, gas, electricidad- como de bienes y servicios. Esto se traduce en un gasto del que a veces ni siquiera somos totalmente conscientes, que no solo afecta a nuestro bolsillo, sino también a la esperanza de vida del planeta.

Nuestro día a día va ligado casi inevitablemente a un consumo constante de recursos, tanto energéticos -agua, luz, gas, electricidad- como de bienes y servicios. Esto se traduce en un gasto del que a veces ni siquiera somos totalmente conscientes, que no solo afecta a nuestro bolsillo, sino también a la esperanza de vida del planeta.

Nuestras decisiones de consumo tienen consecuencias, por eso, ¡hoy hablaremos de la importancia del consumo responsable!

¿Sabes cuánto consumes a lo largo del día?

Hagamos un ejercicio rápido: vamos a pensar cuánto consumimos durante un día corriente entre semana. Te despiertas, enciendes la luz de la mesita de noche y coges tu teléfono para apagar la alarma. Ya estás consumiendo luz, datos y batería de tu móvil. Te das una ducha, usas gel, champú, agua caliente. Sumamos. Desayunas algo: café, tostadas, avena, fruta, un yogur… lo que suelas comer habitualmente. ¿Cuántos productos y alimentos forman parte de tu desayuno? Seguimos sumando. Te vistes, ahora que hace frío con muchas capas. Cada prenda que llevas ha sido antes una decisión de compra.

Hazte una idea de cuánto has llegado a gastar y a consumir a lo largo de un día normal, sin excesos ni grandes compras.

Te vas a trabajar, ¿en bici? ¿transporte público? ¿coche privado? Más consumo, más o menos contaminación. A media mañana almuerzas algo, te tomas un té o un café con tus compañeros y compañeras de trabajo. Otro gasto. Para comer, más decisiones de consumo. ¿Es ecológico? ¿es de cercanía? ¿te has llevado un tupper de cristal o has comprado envasado en plástico? A mitad de tarde tomas un snack o bebes algo para pasar las últimas horas de la jornada. Pasas el día en la oficina, consumes de luz, agua, calefacción, internet, etc.

Llegas a casa. Después de todo el día fuera, hace frío. Pones un poco la calefacción, enciendes la estufa o la bomba de calor. Revisas si tienes comida en la nevera para cocinarte algo de cena o la comida de mañana. ¿Vas a hacer la compra? ¿Toca limpiar? ¿Pones una, dos, tres lavadoras a la semana? ¿Usas la secadora? ¿Pasas el aspirador? Enciendes los fuegos o el horno para cenar. Más consumo. Pones la lamparita cálida del salón para leer un rato. Te pones una copita de vino para acompañar la cena. Más comida.

Después, te lavas los dientes y las manos por tercera vez en el día: agua, jabón, pasta de dientes… Más productos de higiene. Y entonces, ¿una peli en el ordenador antes de dormir? ¿O un rato de tele? ¿Te pones a estudiar? ¿Un poco de scroll Instagram?  Se acaba el día. Hazte una idea de cuánto has llegado a gastar y a consumir a lo largo de un día normal, sin excesos ni grandes compras.

¿Sabes cuánto consumes a lo largo del día? | ViveMásVidas
Infografía Consumo Responsable | ViveMásVidas

¿Por qué consumir de manera responsable?  

Podemos llamarlo consumo responsable, consciente, racional, sostenible… Todos estos términos hacen referencia a un mismo concepto.

Más allá de comprar con cabeza para no gastar demasiado o ahorrarnos unos euros al final de mes, el consumo responsable nos habla de ser realmente conscientes del impacto que tienen nuestras decisiones de compra en el mundo que vivimos.

Así pues, consumir de forma responsable es apostar por alternativas de compra fuera del consumo masivo. Es decir, adquirir productos sostenibles, respetuosos con el medioambiente y que apoyen el crecimiento y el bienestar social. Tener presente dónde y cómo se ha producido ese producto que quieres comprar implica valorar si se respeta y fomenta, por ejemplo: la igualdad de oportunidades, la reducción de la pobreza, el comercio justo, el trabajo digno, iniciativas solidarias, causas sociales o la conservación del medioambiente.

Cada decisión de compra que tomamos tiene un impacto directo en la economía personal y global, unas consecuencias directas para nuestra salud y la del planeta, así como también refuerza directamente un modelo de producción concreto. ¡Como consumidor@s, tenemos una gran responsabilidad personal! Actualmente los ritmos de consumo y producción masiva son insostenibles. Nuestro planeta se enfrenta a grandes desafíos: explotación de recursos, contaminación, pérdida de la biodiversidad, escasez de agua, deforestación…

Por eso, en la medida de nuestras posibilidades, tenemos que informarnos y ser conscientes de nuestros hábitos de consumo para elegir opciones que tengan un efecto positivo en el mundo. Cuantas más personas formen parte del cambio, más posibilidades tendremos de crear un futuro sostenible.

Responsabilidad personal del consumidor | ViveMásVidas

Pautas de consumo responsable

1. Comprar lo justo y necesario

Para hacer un consumo responsable, lo primero es comprar con cabeza. Esto se refiere a consumir lo que necesitamos, sin hacer grandes excesos o comprar por encima de nuestras posibilidades. Ayúdate a planificar tus compras y gastos haciéndote un presupuesto realista.

Compara precios y busca ofertas solo de aquellos productos que necesites realmente. Cuando vayas a hacer la compra, intenta hacerlo sin estar cansado, triste o con hambre. En realidad, necesitamos menos de lo que imaginamos. Ponle conciencia a tus compras.

2. Productos de proximidad o km0

Los productos de proximidad, también llamados de km0, hacen referencia a la poca distancia que existe entre el lugar donde se producen o recogen, y el punto de venta final donde se consumen. Al apostar por estos productos, contribuyes a reducir la contaminación que supone comprar productos que vienen de cualquier otra parte del mundo. Fíjate bien en las etiquetas para conocer el origen de los productos y así elegir aquellos que sean de cercanía.

3. Artículos de temporada

La tierra produce unos alimentos concretos que varían en función de las estaciones y el clima. Por eso, es importante comprar productos de temporada, pues respetan los ritmos de producción y disminuyen el impacto medioambiental. Si deseas comer sandía en invierno, esta sandía probablemente proceda de otros países donde sea verano en estos momentos. Lo cual implica más costes y más contaminación al ser un producto importado. Así, también favoreces la economía local, pues demandas alimentos que son producidos en el territorio

4. Productos reciclados y reciclables

Los productos que incorporan materiales reciclados son más sostenibles. En lugar de producir más materiales para los nuevos productos, se reutilizan materiales que habrían sido considerados deshechos. De esta manera, se evita el consumo de recursos que implicaría tener que producir nuevos materiales y se evita al mismo tiempo que los materiales antiguos acaben en los vertederos.

El objetivo es aprovechar debidamente los recursos y darle una segunda vida a los materiales y productos que consumimos. Esta misma filosofía persiguen los productos reciclables. Elegirlos te asegura que puedan tener un mayor recorrido futuro.

Productos reciclados y reciclables | ViveMásVidas

5. Alimentación ecológica

Interesarnos por el proceso de producción de los alimentos que comemos es fundamental para un consumo consciente. Así, la alimentación ecológica es una gran apuesta para respetar el medioambiente. Esta hace referencia a aquellos alimentos e ingredientes que han sido cultivados y/o elaborados a través de métodos naturales, que respetan a los animales, cuidan del medioambiente y también de tu salud. Es un win win para ti y para el planeta.

6. Artículos a granel

Uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos en estos momentos es la gran cantidad de plástico que producimos y consumimos. Casi todos los alimentos que podemos encontrar en comercios y grandes superficies van envasados en plástico. Sin embargo, también hay cada vez más establecimientos que optan por reducir el plástico, utilizar envases de cartón o biodegradables, o facilitar el acceso a productos de granel.

Siempre que puedas, opta por esta última opción. Merece la pena comprar frutos secos, semillas, frutas, verduras o incluso jabón y champú a granel. Puedes hacerte con recipientes o botes de cristal y guardar ahí todos los productos que compres a granel. ¡El planeta te lo agradecerá!

Artículos a granel | ViveMásVidas

7. Ahorra energía

En casa, en el trabajo y allá donde vayas. Estos tips nos los sabemos de memoria, pero no está de más recordarlos de vez en cuando. Utiliza los electrodomésticos de manera eficiente. Apaga las luces cuando salgas de las estancias. Cierra las ventanas y puertas cuando calientes la casa. Apaga las regletas y los dispositivos electrónicos que tengas en standby. Cierra el grifo cuando te laves los dientes, las manos o te enjabones. Elige bombillas led e infórmate del consumo mensual que realizas para poder ahorrar energía a final de mes.

8. Infórmate sobre las prácticas de empresa

Todos los productos y servicios que consumimos tienen detrás una empresa con unos valores, una filosofía y una determinada forma de hacer las cosas. Hay cantidad de proyectos innovadores que incorporan en sus empresas líneas de productos e iniciativas que contribuyen al desarrollo social y al cuidado del medioambiente. Desde ropa reciclada, a cepillos de dientes de bambú, o papel que al ser plantado se convierte en flores.

Del mismo modo, también hay organizaciones y marcas conocidas por sus malas praxis. Elige aquello que te represente, los proyectos empresariales que se adecuen a tu forma de ver el mundo y, sobre todo, que supongan un impacto positivo en él.

¡El futuro sostenible se construye aquí y ahora!