Si como Fernanda, la protagonista del 4º capítulo de VIDAS, tú también te estás planteando volver a las aulas, préstale atención a los consejos que te damos a continuación y alivia las preocupaciones de volver a estudiar de los 40.
Olvida los prejuicios
“Tengo 40 años y voy a ir a clase solo con gente joven”, “voy a estudiar a los 50, no seré capaz de seguir el ritmo” son algunos de los prejuicios que pueden condicionarnos a la hora de estudiar a partir de una cierta edad.
El miedo a sentirse solo y no tener nada que compartir con los compañeros es una de las barreras mentales con las que nos podemos enfrentar. Pero, hoy en día, encontramos a miles de personas de distintas edades que apuestan por seguir formándose por lo que el miedo a sentirse fuera de lugar es un prejuicio que debemos eliminar.
Hay que derribar estas ideas con pensamientos positivos y tener claro que el valor de una persona no está determinado por ser más o menos joven, ya que cada etapa de la vida tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
De hecho, el éxito de los equipos de trabajo reside en formar un grupo en el que cada miembro aporte al grupo sus experiencias y conocimientos. En este sentido, los adultos tienen mucho que aportar.
Confía en ti y tus habilidades
La autoeficacia es la seguridad en uno mismo a la hora de alcanzar una meta y la convicción de que tenemos recursos, capacidades y estrategias para alcanzar aquello que deseamos. Este término es muy importante a la hora de retomar los estudios siendo adultos ya que la falta de confianza en estos casos es muy común.
Sin embargo, aunque es cierto que la falta de práctica y el paso del tiempo hace que adquirir nuevos conocimientos no sea tan sencillo a una cierta edad, la motivación y el interés de un adulto que decide ir a clase suelen ser muy elevados. Si a esto le sumamos la madurez y experiencia, estos no deberían tener ningún miedo ni problema para volver a estudiar.
Planifícate
Si un hábito no se practica se pierde, y el estudio es un claro ejemplo de ello. Por lo tanto, es normal que, si vas a volver a estudiar después de mucho tiempo, al principio vayas más despacio. Pero, tranquilo, poco a poco notarás como vas mejorando y retomando el hábito. ¡No te agobies!
Escoge bien la formación
Define bien qué quieres estudiar y la finalidad que buscas en la formación. Analiza todos las opciones y las posibilidades que te pueden ofrecer en un futuro una vez completados.
Esto te ayudará a escoger el curso más indicado y que mejor responda a tus objetivos. Una buena idea para aclararte en este paso es ponerte en contacto con la dirección académica y hablar con antiguos alumnos.
Antes de matricularte, ten claro si los estudios te ofrecen las salidas laborales que buscas, si el calendario académico es compatible con tus otras responsabilidades, y otros aspectos como las modalidades de examen, el precio y, por supuesto, el tiempo que deberás dedicarle al estudio.
No te fuerces
Relacionado con el punto anterior, hay que tener claro que un adulto tiene más responsabilidades que una persona joven y, por lo tanto, no dispone del mismo tiempo para estudiar.
Es probable que lo que quieras estudiar esté disponible en distintas modalidades: online, presencial o semi-presencial. Además, puedes volver a clase para obtener conocimientos nuevos o refrescar la memoria solo por placer, ¡olvídate de hacer exámenes o ponerte a prueba!
Analiza tu estilo de vida, valora las opciones y escoge la que mejor se adapte a tu vida laboral y tus necesidades académicas. Una de las claves a la hora de retomar los estudios es que te organices bien el tiempo y seas realista en cuanto a la capacidad de trabajo que puedes asumir realmente.
Actúa con motivación
La motivación y la convicción de que quieres cumplir tus objetivos serán la clave del éxito en esta nueva etapa.
Todo lo importante que hacemos en la vida tiene un motivo, por lo que antes de comenzar, debes tener claro cuán motivado estás y por qué crees que merece la pena. Puede que estés a la espera de un ascenso, que necesites una titulación homologada, adquirir conocimientos específicos… Lo importante es que tengas clara la razón por la que lo haces, ya que te ayudará a lo largo del camino hasta conseguir tu objetivo.
Apóyate en tu círculo cercano
Esta decisión no solo te afecta a ti, también afectará a las personas que te rodean. Por ello, necesitarás su apoyo para llevar a cabo esta decisión y poder cumplir tus metas con éxito.
Si eres una persona ocupada y vas a cargar con otras prioridades y tareas como trabajar y cuidar de la familia, necesitarás contar con el apoyo de las personas más cercanas a ti para que la situación no te sobrepase.
Tener un círculo cercano de calidad hará que compaginar los estudios con tus otras responsabilidades sea más fácil. En conclusión, ser un alumno sénior requiere motivación y confianza en uno mismo para cumplir los objetivos. Como hemos visto, existen algunos prejuicios, pero si nos sabemos organizar bien no existe ningún inconveniente real a la hora de volver a clase. ¡Al contrario!
Y recuerda que, si lo necesitas, puedes contar con nosotros y nuestro préstamo estudios para este nuevo reto.