¿Y que es la segunda que más agua consume, con un 20% del total? Ese es el agua que beben cinco millones de personas en un año. Los primeros son datos de Naciones Unidas y los segundos, de la Unión Europea.
La moda es una industria global en la que participamos todos de alguna manera. Por ese motivo mejorar nuestra actitud a la hora de consumir permitirá reducir la huella de carbono.
Una parte importante de las emisiones son culpa de los usuarios
Aunque podemos pensar que todo el peso del problema procede de la industria, los últimos estudios demuestran que no es cierto.
La producción, el transporte y la venta de moda crean emisiones, pero una parte significativa del problema de la moda en cuanto a emisiones se produce en la fase de postproducción. Vamos, en la de lavado y secado de la ropa en tu casa.
Esto se recoge en estudios como el ‘Environmental Assessment of Swedish fashion consumption’ de 2015 y el ‘A Carbon Footprint for UK Clothing and Opportunities for Savings’ de 2012.
Por otro lado, una parte significativa de la moda que compramos nunca sale del armario. Según un estudio de Weight Watchers desarrollado en Reino Unido recogía que el 55% de las prendas de un armario medio de mujer y un 47% de las prendas de un armario medio de hombre nunca se utilizan.
Y una encuesta de 2017 realizada por VoucherCloud entre mujeres estadounidenses encontró que hasta un 20% de las prendas de cada armario no se utilizaban. Lógicamente, en estos casos, todas las emisiones de la producción, transporte y venta de la moda son totalmente innecesarias.
Más emisiones si compras moda en tiendas físicas
Análisis recientes muestran que la compra online genera menos huella de carbono que la compra física o en tienda. Eso es lo que afirma la Universidad de Boston MIT en su estudio “Environmental Analysis of US Online Shopping”.
Parece ser que la huella de carbono de una página web es menor que la de una tienda física y que los distribuidores o empresas de logística utilizan sistemas de reparto más eficientes que un consumidor cuando va de compras en coche.
Sin embargo, todo depende de la actitud del consumidor. Si nos decantamos por la compra online, pero pedimos más prendas o más tallas de las necesarias con el objetivo de probarnos la ropa y devolver luego lo que no nos interese, la huella de carbono se dispara y la copra online deja de ser eficiente.
Si somos de ese tipo de consumidores de moda, este tipo de actitud online es mucho menos favorable al medio ambiente que ir a la tienda en coche a comprar moda.
¿Cómo podemos reducir nuestra huella de carbono en moda?
Hay cinco claves que nos permitirán reducir la huella de carbono de la moda que adquirimos como parte de nuestra filosofía Vivemásvidas. Son:
- Comprar menos moda, pero de más calidad porque dura más tiempo.
- Alargar la vida de la ropa.
- Lavar menos la ropa y a temperaturas más bajas.
- Secar al aire mejor que mediante secadoras eléctricas.
- Compra en tiendas físicas, pero acude en transporte público.
¿Cómo se mide mi huella de carbono en moda?
La huella de carbono de la moda se mide en árboles; en el número de árboles que son necesarios para compensar la emisión anual de las prendas que compramos a través de los kilogramos de CO2 que se emiten para su existencia.
Así, cinco camisetas normales suponen un árbol porque son 13 kilos de CO2, tres vestidos se van a 46 kilogramos o dos árboles, lo mismo que tres pantalones vaqueros.
La misma firma estadounidense fabricante de ropa vaquera Levi’s ha estimado en 33,4 kilogramos de CO2 las emisiones de un par de sus conocidos 501. Y los reparte de la siguiente manera:
- El 37% de las emisiones proceden del cuidado del usuario a la prenda (lavados y secados), por un 27% de la fabricación, un 11% del transporte, un 9% de la fibra, un 8% del corte, cosido y acabado, un 5% del empaquetado y un 3% de su vida residual.
¿Qué están haciendo desde la industria de la moda?
Las empresas tampoco son ajenas a la demanda de una mayor sostenibilidad en el sector de la moda. Estas son las cinco grandes iniciativas e innovaciones que están en marcha.
- La industria se quiere alejar de los plásticos a pesar de que suponen entre el 60% y el 70% de sus productos. Estos materiales generan micro plásticos cuando se degradan y suponen un tercio de todos los micro plásticos que se producen.
Tampoco el cuero se libra de una mala imagen, sobre todo en la moda de lujo, porque supone entre el 30% y el 50% de un mercado de explotación animal de 100.000 millones de dólares. Ahora se buscan alternativas como el micelio y oras similares desarrolladas en laboratorios. - Una segunda iniciativa es el mercado de segunda mano o materiales sostenibles y modelos de negocio circular en los que recuperar y revender sus propios productos. Muchas empresas recogen su ropa usada en las tiendas y tienen sus propios canales de segunda mano. Lo están haciendo incluso las marcas de lujo con algunas piezas.
- Reciclado como alternativa a la ropa de segunda mano o recuperada. A nivel industrial, reciclado de materiales y no solo de prendas terminadas, pue se desperdicia el 80% de los tejidos. Es complicado, pero la industria de la moda necesita encontrar la manera de que el reciclado sea más eficiente y económico.
- Sacar partido del metaverso como forma de probar o mostrar los nuevos diseños de una marca y valorar su aceptación virtual antes de fabricarlos, o de que los usuarios se vean con la ropa ‘puesta’ (en su avatar). Eso reduciría las emisiones de las fases de diseño y marketing.
- Y, por último, pero no por ello menos importante, las empresas quieren introducir la sostenibilidad en su filosofía y no sólo en sus prendas. No se trata solo de no tener bolsas de plásticos en las tiendas, fabricar materiales sostenibles o conseguir sellos o etiquetas que lo certifiquen, sino de ser una empresa de moda sostenible.
Si quieres conocer tu impacto en el medio ambiente, aquí te dejamos una calculadora para medir la huella de carbono.
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