La clave de una candidatura espontánea es presentarte a la empresa adecuada, en el momento óptimo y con el perfil profesional correcto ¿Difícil? Sí, pero funciona.
No obstante, hoy en día no conviene abusar de los mails con candidaturas espontáneas porque las empresas disponen de muchos medios de avisar al mercado de sus necesidades, desde sus páginas web a las redes sociales de todo tipo. Por lo tanto, este tipo de candidaturas suele tener poco éxito en puestos de trabajo de alta especialización y suelen acabar siendo descartes instantáneos si no convencen al receptor de las mismas.
Ventajas de una candidatura espontánea
- En principio, con la candidatura espontánea respondes a las necesidades de la empresa antes de que ella misma las haga públicas. Se trata de llegar en el momento adecuado o de convencer al responsable de que merece la pena guardar tu perfil para un futuro inmediato; bien porque va a haber una vacante, bien porque el perfil permite una ampliación de plantilla, por ejemplo.
- Lógicamente, llegar en el momento adecuado reduce la competencia y te permite ser el primero de la lista, al menos en lo que a las llamadas de teléfono se refiere. Esa oferta laboral podría no llegar a publicarse nunca al estar ya cubierta.
- Demostrar interés en trabajar en una empresa concreta de forma clara y evidente permite también crear un vínculo de confianza con el candidato, pues ganas puntos ante el responsable por tu proactividad y motivación.
Errores al enviar candidaturas espontáneas
Como hemos dicho, las empresas disponen de tantas formas de hacer saber al mercado que necesitan cubrir una vacante que es complicado que se dé el caso de una necesidad sin que medie una publicación de la oferta. Aun así, siempre hay quienes quieren que una empresa determinada tenga su perfil profesional y envían una candidatura espontánea.
- Es muy importante saber que la Ley de Protección de Datos obliga a las empresas a deshacerse de los historiales cada cierto tiempo. La única manera de que la empresa pueda mantener tu historial hasta que pueda haber una vacante es que incluyas en el mismo un párrafo de consentimiento que autorice a la empresa a guardar el currículum.
- Además, para que la empresa tenga algún interés en mantener tu historial debes convencerla de que merece la pena. Para ello debes orientar bien tu candidatura respondiendo a las preguntas qué necesito, qué quiero, qué puedo aportar o qué pueden necesitar de mí.
- Lógicamente, una candidatura espontánea también debe justificarse orientando mucho la carta de presentación a la persona adecuada, pues es la mejor forma de demostrar ese interés en la empresa y en quien toma las decisiones. Vamos, que tienes que seducir a la persona.
- Por ejemplo, debes saber quién es el responsable de personal y dirigir la carta a su nombre con un gancho atractivo en el asunto del mail ¿Qué es un gancho atractivo? Esa es la gran pregunta porque debe ser coherente con las necesidades y peculiaridades de cada empresa. Debes atraer su curiosidad y hacerle creer que te diriges a él o a ella de manera individual.
- También debes dar todas las facilidades del mundo para que te contacten (pon especial cuidado en las cada vez más comunes entrevistas online: activa y ten actualizados programas de videoconferencias como Skype).
- Cuida de tus redes sociales porque son públicas y la puerta de entrada a tu vida para los potenciales reclutadores. Es muy probable que el siguiente paso al enviar una candidatura espontánea sea que miren tus redes sociales (y no solo las de empleo como LinkedIn).
- Por último, demuestra en tu carta de presentación que aportas algo más allá de las frases hechas del tipo persona trabajadora, trabajador en equipo, ganas de trabajar… porque se presuponen y no aportan nada. Demuestra que te has informado y que conoces la empresa y a lo que se dedica, y manifiesta qué puedes aportar y en qué departamento. Y no te olvides de exponer los motivos por los que deberían confiar o creer en ti a pesar de que no te han ‘llamado’.
- Termina siempre tu candidatura espontánea con una proposición. Algo así como si pretendieras cerrar una venta (haz una llamada a la acción). Puedes añadir un vídeo CV, una propuesta de videoconferencia, de conversación telefónica o de encuentro físico, lo que mejor encaje en la empresa o el puesto de trabajo.
- Por todo ello, la recomendación de los expertos es que envíes solo tres o cuatro candidaturas espontáneas a empresas donde puedas justificar tu propuesta laboral y que sean mails que estén realmente trabajados y personalizados.
- En conclusión, las candidaturas espontáneas son muy interesantes en épocas previas a las de contrataciones habituales (rebajas, campañas comerciales, apertura de nuevas sedes o tiendas, etc.) y tienen serias y evidentes ventajas. Sin embargo, solo funcionan bien si están muy bien trabajadas en muchos aspectos y son capaces de convencer al responsable de que esa candidatura no solicitada merece la pena.
- Si buscas trabajo, trabajar en unas pocas y buenas candidaturas espontáneas puede ser una buena idea para apostar por ti mismo.
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